sábado, 8 de diciembre de 2018

Ensayo Breve sobre la Estupidez




Índice:
Introducción
Leyes Fundamentales de la Estupidez
La Estupidez en el Mercado de las Relaciones Sociales
La Estupidez del Poder
El Poder de la Estupidez
Análisis Macrosociológico
A Modo de Conclusión

Introducción

Mi padre tenía un libro muy viejo de citas de la editorial Éxito, editado en Barcelona en 1941. A mí me gustaba echarle un vistazo de vez en cuando, memorizar alguna sentencia y soltarla cuando me parecía que podía tener un mayor efecto. Esto, por supuesto, lo hacía en conversaciones con adultos, nunca fui tan incauto como para hacerlo en el colegio, hubiera sido un suicidio social y ya bastante tenía con ser del Real Madrid y tener buenas notas, en una clase en la que ambas características no te hacían ser muy popular.

El caso es que un día de aquel lejano pasado, ojeando ese libro que tengo todavía en mi buhardilla, di por primera vez con la famosa frase del Eclesiastés, que completa, era la siguiente: “Perversi difficile corriguntur et stultorum infinitus est numerus”, lo que en español quiere decir: “Los malvados difícilmente se corrigen y es infinito el número de los estúpidos”.

Esta traducción latina corresponde a la biblia “Vulgata” (1) de San Jerónimo (2). En 1979, la Iglesia ha hecho una nueva traducción latina, “la Nueva Vulgata”, que ha re-traducido el versículo del siguiente modo: “Quod est curvum, rectum fieri non potest; et, quod deficiens est, numerari non potest”, que según la traducción oficial de la Conferencia Episcopal Española sería: “Lo torcido no se puede enderezar, lo que falta no se puede calcular”.

Francamente, mientras la versión de San Jerónimo es clara y concisa, se trata de un tuit perfecto escrito hace milenios, la versión moderna es incomprensible y, no digamos, la traducción de los señores de la Conferencia Episcopal. Desde luego la Iglesia de ahora no es como la de antes.

Han pasado cuatro décadas y esta sentencia sigue siendo una de mis favoritas en mi repertorio personal. Y he acudido a ella siempre que me he topado con malvados y con estúpidos a lo largo de mi vida, en la búsqueda de cierto consuelo ante conductas - tan faltas de lógica - que no puedes explicarlas desde el sentido común.

Para mí hay tres tipos de estupidez: la instantánea, la carencial y la general. La estupidez instantánea no es más que la reacción estúpida ante un estímulo externo concreto como los celos, el despecho, la envidia y tantos otros sentimientos que nos superan en un momento dado, sobre todo si no nos lo esperamos.

Nadie está libre de reaccionar estúpidamente. Es la típica situación en la que reaccionas de una manera incomprensible hasta para ti mismo. Esta forma de ser estúpido no es muy grave pues suele pasarse cuando termina el estímulo que provoca la reacción estúpida y la gente, una vez se les pasa la sorpresa, suele ser bastante tolerante con estas conductas si no son frecuentes.

Tampoco hay nadie libre de la estupidez carencial. Las personas tenemos carencias, puntos débiles psicológicos, deficiencias educativas, complejos no resueltos que nos llevan a actuar de manera irracional en determinadas situaciones. La diferencia con respecto a la estupidez instantánea es que siempre reaccionas de la misma manera ante las mismas situaciones. Es por ello que se trata de una estupidez personal e intransferible. Los otros, al menos los que te conocen, procuran evitar estos aspectos negativos de tu personalidad, se suelen respetar estas zonas oscuras de nuestro comportamiento. Es esta una estupidez que, por previsible, puedes encauzar o limar.

Yo me convierto en un estúpido carencial cada vez que hablo con una mujer muy muy bella, no estoy hablando de una mujer guapa, estoy hablando de una especialmente guapa y, aunque he conseguido con los años que no se note demasiado, si me hicieran un TAC en ese mismo instante se podría observar un cerebro en ebullición tratando de controlar los impulsos estúpidos. Otros son estúpidos ante el médico o en el fútbol o conduciendo su coche.

Y, por último, existe la estupidez general. Es la estupidez integral, ya no se trata de un estado ofuscado de la mente, se trata de la esencia misma de esas mentes descarriadas, la padece el que es estúpido por naturaleza. El gran problema de este tipo de estupidez es que no se manifiesta ante una situación concreta como el estúpido instantáneo o ante un tipo concreto de situaciones como el estúpido carencial. El estúpido general no descansa en su estupidez, es estúpido de día y de noche, y eso le hace ser tremendamente cansino, impredecible y muy peligroso.

El autor que mejor ha estudiado los comportamientos estúpidos y sus efectos en la sociedad ha sido el historiador y economista italiano, Carlo Maria Cipolla (pronúnciese “chipola”, que os conozco) (3).

Mi definición de estúpido general, que he ido pergeñando a lo largo de mi experiencia con los estúpidos – recuérdese que la Biblia nos alerta de su número –, viene a ser la misma que la proporciona Cipolla en su teoría de la estupidez.

Las Leyes Fundamentales de la Estupidez Humana

Cipolla nos adentra en una visión utilitarista, económica y satírica de la estupidez. Para él los estúpidos constituyen un grupo social no organizado más poderoso que la Mafia o el complejo industrial militar o que esos grupos “conspiranoicos” que dicen que existen y que tiran de los hilos de los destinos del mundo.

Carece de estructura conocida, pero está guiado por una mano invisible que consigue que cada uno de sus miembros contribuya poderosamente con los fines no perseguidos de esa no organización, que son básicamente: impedir el crecimiento del bienestar y de la felicidad en las sociedades humanas.

Cipolla establece cinco leyes fundamentales que vamos a ir analizando una a una. Son las siguientes:

1.  Siempre e inevitablemente cualquiera de nosotros subestima el número de individuos estúpidos en circulación.
2.    La probabilidad de que una persona dada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica propia de dicha persona.
3.     Una persona es estúpida si causa daño a otras personas o grupo de personas sin obtener ella ganancia personal alguna, o, incluso peor, provocándose daño a sí misma en el proceso.
4.  Las personas no-estúpidas siempre subestiman el potencial dañino de la gente estúpida; constantemente olvidan que, en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier circunstancia, asociarse con individuos estúpidos constituye invariablemente un error costoso.
5.     Una persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que puede existir.

Cipolla no está de acuerdo con el Eclesiastés, el número de estúpidos no es infinito. Es evidente, teniendo en cuenta que no hay un número infinito de humanos, ahora bien, el número de estúpidos presenta propiedades muy curiosas.

En primer lugar, y en esto se parece al concepto de infinito, por muy alta que sea la estimación que se haga siempre quedan estúpidos que contar (1ª Ley), siempre te quedas corto. Por eso, a la fracción de estúpidos en una sociedad con respecto al total de la población la designa con el símbolo ε (épsilon) sin aventurarse a dar un número o porcentaje.

En segundo lugar, este ε está uniformemente distribuido según una proporción constante en cualquier grupo o muestra, sin sesgo alguno por la clase social, el dinero, los estudios o cualquier otra variable (2ª Ley). Es uno de esos números tozudos que la Naturaleza se saca de la manga para aparecer cuando menos te lo esperas, como Pi, el número e o la proporción aurea.

Según Cipolla hay evidencia empírica sobre la que basar la existencia de un número constante e intocable de estúpidos en todos los segmentos sociales. Según él, se ha investigado entre el personal de las universidades y se encontró ε en todos los grupos profesionales: bedeles, empleados, estudiantes y cuerpo docente. Siempre según Cipolla, fue tal la sorpresa ante los resultados que extendieron la investigación a una auténtica élite, a los galardonados con el premio Nobel confirmando la broma que nos gasta la Naturaleza: una fracción ε de los ganadores del Noble estaba constituida por estúpidos.

La Estupidez en el Mercado de las Relaciones Sociales

Que vivimos en sociedad es un hecho que venimos describiendo, con mayor o menor fortuna, en los artículos de este blog. Nuestras acciones tienen una incidencia en los otros y, a su vez, nosotros somos dependientes de las acciones de los demás. Si uno conduce mal puede provocarme un accidente, si un compañero de trabajo no hace lo que le corresponde puedo terminar haciéndolo yo, si un profesional, como un médico o un abogado, ejerce sus funciones estúpidamente puedo pasarlo realmente mal.

De esta manera, lo que podría haber hecho por un individuo y no lo hice, representa un coste de oportunidad, es decir, una ganancia frustrada o perdida por esa persona. De alguna manera se constituye una especie de mercado de relaciones sociales en el que cada uno de nosotros obtiene una ganancia o una pérdida según las acciones de los otros. Este mercado de relaciones sociales se describe en el gráfico siguiente:



Primer Gráfico de Cipolla, fuente:Wikipedia


Si examinamos los ejes del gráfico, la parte positiva de los mismos mide los beneficios, y la parte negativa, mide las pérdidas o perjuicios. El eje de las X, representa mis pérdidas y ganancias, el eje de las Y, las pérdidas y ganancias de los demás.

¿Qué se intercambia en este mercado?, todo tipo de relación entre personas. ¿Cómo se miden las pérdidas o ganancias?, bueno, podemos medirlas en euros, pero sería un reduccionismo, no todo es reducible a dinero, no hay que confundir valor con precio. Deben incluirse también las recompensas, satisfacciones, emociones, el estrés y toda clase de bienes intangibles difícilmente medibles de manera económica. Cipolla nos dice que, para que las cosas funcionen, quién marca el valor es el que recibe la pérdida o la ganancia, mediante su sistema de valores.

Los cuatro cuadrantes que diferencia la gráfica nos definen los cuatro tipos de personas que encontramos en el mercado de relaciones sociales. El primer cuadrante lo forman los inteligentes, son las personas cuyas acciones benefician a todos. El segundo cuadrante lo forman los incautos, aquellos que se perjudican a sí mismos a costa de beneficiar a los demás. El cuarto, lo constituyen los malvados, aquellos que buscan el beneficio propio sin importarles el mal ajeno.

En el tercer cuadrante nos encontramos por fin a nuestros protagonistas, los estúpidos que, como dice la tercera Ley de Cipolla, son personas que causan un daño a otra persona o grupo de personas sin obtener nada a cambio, incluso, con pérdidas propias. Cuantas veces hemos sufrido pérdidas de dinero, de salud, de humor, de paciencia, de tiempo, de energía y de tranquilidad gracias a las acciones de un estúpido integral, que no descansa sumergido en la sopa de su propia estupidez, sin ganar absolutamente nada a cambio.

Nadie que yo conozca se comporta inteligentemente durante todo el tiempo, los humanos hacemos tonterías con cierta frecuencia, no tenemos un comportamiento coherente, somos así, sólo los estúpidos constituyen una excepción, son completamente coherentes en su estupidez. La lengua castellana refleja muy bien esta cualidad de las personas con la diferencia entre ser y estar, no es lo mismo estar gilipollas que ser un gilipollas. Pues bueno los estúpidos “cipolianos”, lo son a tiempo completo, no están, lo son.

Podemos calcular para cada persona su posición en el eje de coordenadas, tomando como base la media ponderada de los resultados de sus acciones. Según lo explica Cipolla, una persona inteligente puede alguna vez comportarse como incauto o como malvado, pero la mayor parte de sus acciones tendrán la característica de la inteligencia y su media ponderada lo colocará en el cuadrante 1 del gráfico.

El malvado perfecto es aquel que con sus acciones causa al otro pérdidas equivalentes a sus ganancias, los malvados perfectos aparecerán en la diagonal de 45º que divide el cuadrante 4 en dos partes iguales. Son muy pocos, todo lo perfecto es escaso, incluso la maldad. Los que se sitúan por encima de esta línea son los malvados inteligentes, y los que se sitúan por debajo son los malvados estúpidos. Desgraciadamente los malvados cercanos a la estupidez son más numerosos.  Lo afirmado para los malvados podemos decirlo de los incautos y los inteligentes, se sitúan a lo largo de toda el área de sus cuadrantes.

En cambio, la distribución de la frecuencia de los estúpidos es totalmente diferente. Los estúpidos se concentran encima de la parte negativa del eje Y, por debajo del centro de coordenadas, pues hacen el mal sin beneficiarse. No obstante, existe la categoría de los superestúpidos, que son aquellos que no sólo no se beneficiarían de sus malas acciones, sino que además son capaces de perjudicarse a sí mismos. Estos elementos se sitúan a lo largo del cuadrante 3.

La Estupidez del Poder

Entre los burócratas, políticos y jefes de Estado se encuentra también el valor ε, esa proporción constante de estúpidos que la Naturaleza distribuye sin sesgos en todos los grupos humanos.

Los sociólogos sabemos que la gente tiende a pensar que las autoridades, o más en general los miembros de las élites, tienen una inteligencia superior a la media, que les ha llevado – entre otras virtudes personales – a los altos puestos que desempeñan, nuestra ideología es meritocrática pero nuestra realidad no. Lo cierto, es que son personas como cualquiera de nosotros, que deben su posición a múltiples interacciones sociales que se producen a lo largo de sus vidas como la clase, las credenciales académicas, la autoridad y estatus profesional, la propiedad, la discriminación por racismo o género e, incluso, la propia suerte (ver Investigación sobre los Logros de las Personas) y a que, en las organizaciones políticas y burocráticas, se prima más a la lealtad y la sumisión que a la inteligencia.

El problema de que un estúpido esté ocupando una posición de poder es que su capacidad para hacer daño es mucho mayor. Un general estúpido, los ha habido a cientos en la historia, puede provocar la muerte de miles de soldados en ataques sin sentido. Un ministro tocado por la estulticia puede cometer muchos más atropellos que un limpiacristales, un cartero o un funambulista, dicho esto con todo el respeto a la capacidad de hacer daño de cualquier estúpido independientemente de su profesión.

El Poder de la Estupidez

Lo visto en el apartado anterior es relativamente fácil de comprender, ahora bien, no es tan sencillo explicar por qué un estúpido es una persona poderosa.

Para Cipolla, en esencia, los estúpidos son peligrosos porque a las personas normales les resulta difícil imaginar y entender su comportamiento. Una persona inteligente puede entender la lógica perversa del malvado, pero ante el estúpido está desarmado por ser de conducta caprichosa, aleatoria, impredecible. “Una criatura estúpida”, dice Cipolla, “os perseguirá sin razón, sin un plan preciso, en los momentos y lugares más improbables y más impensables”. Schiller (4) dejó escrito: “contra la estupidez hasta los mismos dioses luchan en vano”.

Aparte de esto, el estúpido no tiene autoconciencia de su estupidez, lo que le hace todavía más peligroso y fuerte. Carece de conciencia y puede, con una sonrisa encantadora, destrozarte tus planes, tu trabajo o tu vida, sin remordimientos ni razón. Estúpidamente.

Análisis Macrosociológico

Para su análisis, Cipolla parte de la siguiente aseveración: El bienestar de una sociedad es la suma algebraica de las condiciones de bienestar de todos los individuos. El bienestar general dependerá de la relación entre el número de incautos, malvados e inteligentes que hay en la sociedad pues el número de estúpidos es siempre la fracción ε. Echemos un vistazo de nuevo a la gráfica:

Segundo gráfico de Cipolla. Fuente:el autor


Sobre la línea OM se concentran, como hemos visto anteriormente, todos los malvados perfectos, en el área Mi se sitúan los malvados inteligentes y en el área Me los malvados estúpidos. En el segmento OP se colocan los incautos perfectos, dejando arriba los incautos inteligentes (benefician a los otros más de lo que se perjudican a sí mismos) y, por debajo, los incautos estúpidos (justo lo contrario, benefician menos a los otros de lo que se perjudican a sí mismos).

Si todos los miembros de una sociedad fueran malvados perfectos, la sociedad en su conjunto no saldría ni beneficiada ni perjudicada, porque por cada beneficio de un malvado cualquiera procuraría un perjuicio de igual magnitud a otro. La sociedad quedaría estancada. Si todas las personas fueran estúpidas ni siquiera existiría la sociedad.

Sigamos estudiando la gráfica, todas las personas situadas a la derecha de la línea POM benefician a la sociedad, ya que benefician más que perjudican, y los situados a la izquierda la empobrecen, ya que perjudican más que benefician.

Por tanto, una sociedad en declive y otra en progreso, no se diferencian en el número de estúpidos pues es constante, ambas tendrán los mismos estultos. La diferencia estriba en que en la sociedad en declive los miembros estúpidos de la sociedad se vuelven más activos por la actuación permisiva de los demás, o bien, porque se produce un cambio en la composición de la población no estúpida, con un incremento de las poblaciones de las áreas He y Me, es decir, de incautos estúpidos y malvados estúpidos.

Según Cipolla, recordemos que era historiador de la economía, estudiando al mundo clásico, la época medieval, moderna o contemporánea, los países ascendentes tenía su fracción ε controlada por la existencia de un porcentaje insólitamente alto de población inteligente. Los países en declive tenían, sobre todo en individuos que estaban en el poder, una alarmante proliferación de malvados con un porcentaje alto de estupidez y, entre la clase no gobernante, un crecimiento en el número de incautos del área He.

A modo de conclusión

Ahora, después de leer y entender todo lo dicho, echad – queridos lectores – un vistazo a los dirigentes del mundo que nos han tocado en gracia, no voy a decir nombres porque no quiero que el artículo pierda con el tiempo vigencia, y quiero que penséis en ellos en términos de su estupidez…

...Para ponerse a temblar, ¿verdad?.

Juan Carlos Barajas Martínez
Sociólogo

Notas:
  1. La Vulgata es una traducción de la Biblia hebrea y griega al latín, realizada a finales del siglo IV (en el 382 d.C.) por Jerónimo de Estridón. Fue encargada por el papa Dámaso I dos años antes de su muerte (366-384). La versión toma su nombre de la frase vulgata editio (edición divulgada) y se escribió en un latín corriente en contraposición con el latín clásico de Cicerón, que Jerónimo de Estridón dominaba. El objetivo de la Vulgata era ser más fácil de entender y más exacta que sus predecesoras.
  2. Eusebio Hierónimo​ (en latín, Eusebius Sophronius Hieronymus; en griego, Εὐσέβιος Σωφρόνιος Ἱερώνυμος) (Estridón, Dalmacia, c. 340 – Belén, 30 de septiembre de 420), conocido comúnmente como san Jerónimo,​ pero también como Jerónimo de Estridón o, simplemente, Jerónimo, tradujo, por encargo del papa Dámaso I (quien reunió los primeros libros de la Biblia en el Concilio de Roma en el año 382 de la era cristiana), la Biblia del griego y del hebreo al latín. Es considerado Padre de la Iglesia, uno de los cuatro grandes Padres Latinos. La traducción al latín de la Biblia hecha por san Jerónimo, llamada la Vulgata (de vulgata editio, 'edición para el pueblo') y publicada en el siglo iv de la era cristiana, fue declarada en 1546 por la Iglesia católica en el Concilio de Trento, la versión única, auténtica y oficial de la Biblia para la Iglesia latina, y ha sido, hasta la promulgación de la Neovulgata, en 1979, el texto bíblico oficial de la Iglesia católica. San Jerónimo fue un célebre estudioso del latín en una época en la que eso implicaba dominar el griego. Sabía algo de hebreo cuando comenzó su proyecto de traducción, pero se mudó a Belén para perfeccionar sus conocimientos del idioma. En el año 382 corrigió la versión latina existente del Nuevo Testamento. Aproximadamente en el año 390 comenzó la traducción del Antiguo Testamento directamente del hebreo (Ya había traducido fragmentos de la Septuaginta provenientes de Alejandría, que contenían elementos helenizantes y por lo tanto heréticos). Completó su obra en el año 405. Si Agustín de Hipona merece ser llamado el padre de la teología latina, Jerónimo lo es de la exégesis bíblica. Con sus obras, resultantes de su notable erudición, ejerció un influjo duradero sobre la forma de traducción e interpretación de las Sagradas Escrituras y en el uso del latín como medio de comunicación en la historia de la Iglesia.
  3. Carlo Maria Cipolla (aunque según diversas fuentes, su auténtico nombre era simplemente Carlo Cipolla),​ (1922 - 2000) fue un historiador económico italiano. Nació en Pavía, y se graduó en la Universidad de esa misma ciudad en 1944, con una tesis sobre la historia de las explotaciones agrarias en el valle del Po. A través de la historia económica, con un enfoque humanista y en ocasiones humorístico de la misma, mostró un mayor interés en las causas que han provocado determinadas situaciones económicas y sociales a lo largo de la historia, que por hechos materiales y cifras concretas. Fue también conocido por sus artículos sobre la superpoblación y un ensayo satírico sobre la estupidez humana.
  4. Johann Christoph Friedrich Schiller, desde 1802 von Schiller (Marbach am Neckar, 10 de noviembre de 1759 – Weimar, 9 de mayo de 1805), fue un poeta, dramaturgo, filósofo e historiador alemán. Se le considera, junto a Goethe, el dramaturgo más importante de Alemania, así como una de las figuras centrales del clasicismo de Weimar. Muchas de sus obras de teatro pertenecen al repertorio habitual del teatro en alemán. Sus baladas se cuentan entre los poemas más famosos.

Bibliografía:

Diccionario Hispánico Universal
Editorial Éxito
Barcelona 1941

Carlo María Cipolla
Leyes Fundamentales de la Estupidez Humana
Cuadernos de Economía, Vol. 15, nº 25
Universidad Nacional de Colombia
        Bogotá 1996

jueves, 25 de octubre de 2018

La Sociología de la Sociología

Mano con esfera reflejante, Escher 1935

Introducción

Cuando los sociólogos - y los científicos en general - vuelven la mirada hacia su propia ciencia, cuando revisan de manera crítica sus teorías y teorizan sobre lo ya teorizado, entonces decimos que están llevando a cabo una metateorización, o bien, que están construyendo una metateoría o, más precisamente si hablamos de sociólogos, que es metasociología.

Ritzer (1) define la metasociología como el estudio profundo de la estructura subyacente a la sociología en general y sus diversos componentes en particular.

El mismo autor propone tres tipos ideales de metateorías. En primer lugar, señala a la metateorización como un medio para una comprensión más profunda de la teoría y la designa, muy al modo de las matemáticas, como Mu .

En segundo término, Ritzer contempla a las metateorías como un medio para el desarrollo de una nueva teoría, y lo denomina Mp.

Y, por último, considera un tercer tipo que sería la fuente del estudio de las perspectivas de una teoría y la nombra como Mo.

La metateorización más común en la historia de la sociología es Mu. La mayoría de los padres de la sociología han estudiado, criticado, comulgado o se han opuesto a autores anteriores pero, para poder hacerlo debían empaparse primero de sus teorías.

Se puede afirmar que Carlos Marx (2) fue el teórico clásico de la sociología más metateórico, se basó en Hegel (3), Feuerbach (4), Saint-Simon (5) y los economistas clásicos. Pero no fue el único, Weber se basó en Marx y Kant (6). Durkheim (7) y Spencer (8) en Comte (9) y, además Don Herbert, en Darwin (10). Y la lista podría continuar hasta que nos cansáramos.

En realidad, los tres tipos de metateorización son tipos ideales, en la práctica no son tipos puros, se han producido solapamientos entre las tres clases, e incluso, ha habido autores que han hecho los tres tipos en algún momento, Ritzer cita a Alexander (11) como ejemplo.

La sociología reflexiva de Pierre Bourdieu

El más importante metateórico contemporáneo es Pierre Bourdieu (12) aunque, según Ritzer, a él no le gustaba que lo consideraran de esta manera. De hecho, Bourdieu fue el que acuñó la frase de “Sociología de la sociología” que da título a este artículo.

Era partidario de una sociología reflexiva, una sociología que debía usar sus propios instrumentos de investigación y su metodología para descubrir qué es lo que es y qué se hace con ella.

En su obra “La Distintición”, Bourdieu examinó las estrategias de los sociólogos para conseguir la diferenciación como disciplina con respecto a otras ciencias sociales. Este asunto está emparentado con el debate omnipresente en la literatura sociológica acerca de si se trata de una ciencia o no, problema que a mí personalmente – dicho desde mi humildad de sociólogo a tiempo parcial - me importa un ardite, a mí me preocupa más que sea útil. Para don Pierre, las reivindicaciones científicas de la sociología son en realidad una afirmación eufemística de poder. Creo que no le faltaba razón, sólo que me parece que no es el único gremio que lo hace.

Sus críticos decían algo así como que se estaba disparando en un pie, pues caía en una contradicción, el problema es que no se puede teorizar desde el poder simbólico de lo científico si al mismo tiempo minas la cientificidad sobre la que se sustenta ese poder.

Pero esto no es lo más interesante de su sociología reflexiva. Lo que más preocupaba a Pierre Bourdieu era la defensa de los sociólogos ante las fuerzas sociales que les presionan.

Lo hemos comentado en otros artículos de Sociología Divertida. En la observación científica el observador no debe alterar las condiciones del experimento, un físico que estudia el choque de dos móviles se encuentra ajeno al experimento pues lo observa desde fuera y, por tanto, no altera de las condiciones del mismo y tampoco se siente afectado en lo personal. Pero un sociólogo observa los fenómenos sociales perteneciendo o formando parte de la sociedad, es como si el físico estudiara el choque de móviles montado dentro de uno de ellos. ¿Hasta qué punto el sociólogo es independiente de los problemas que estudia?, ¿cómo se puede distanciar de los valores de su sociedad si forma parte de ella?. ¿Es posible entonces poner juntos los términos ciencia y social?.

Para Bourdieu la metateorización es la mejor manera de liberarse de esas presiones. Estudiando la naturaleza de las fuerzas sociales que lo envuelven, en el momento histórico concreto que le toca vivir, se puede evitar que se acabe siendo un juguete de esas fuerzas y, este análisis, solo puede hacerse desde la metateorización, el socionálisis decía. Una vez que los sociólogos comprenden las fuerzas que actúan sobre su entorno y sobre ellos mismos, es más fácil controlar su influencia.

Bourdieu no era un ingenuo, era consciente de sus limitaciones y de las de sus colegas, ni por un momento se sintió liberado de las influencias sociales pero, precisamente por ello, creía que los sociólogos debían ser reflexivos constantemente con respecto a sus teorías, eso, y no los eufemismos, permitirían construir una teoría científica lo más independiente posible de los valores sociales preponderantes.

Las ideas de Kuhn

Kuhn (13) practicó la sociología de la ciencia y no sólo sociología de la sociología. Pero se puede aplicar perfectamente a nuestra querida sociología.

Sus ideas provocaron un cambio muy importante sobre la manera de ver cómo funcionan las ciencias desde el punto de vista de cómo trabajan los científicos.

Desde los tiempos de Newton se ha pensado que la ciencia era una disciplina acumulativa, algo así como una carrera de relevos, en el que Copérnico le pasa el testigo a Galileo, éste le pasa el testigo a Newton y éste continúa ampliando la obra de sus antecesores. Newton – que fue un monstruo y trabajó en múltiples campos distintos – le pasó el testigo a otros muchos, pero demos un saltito en el tiempo y digamos que le pasó el testigo a Einstein, y así sucesivamente.

A la comunidad científica le ha gustado proyectar la idea de una progresión lineal, una máquina acumulativa de conocimientos que no ha iniciado caminos sin salida para volver atrás. Para Thomas Kuhn esta idea es un mito, la acumulación funciona hasta cierto punto, pero no es el instrumento principal del desarrollo científico, sino que la ciencia funciona en base a paradigmas y tránsitos entre paradigmas.

Pero, ¿qué es un paradigma?. Para Ritzer, la palabra paradigma se aplica de tres maneras diferentes. En primer lugar, un paradigma sirve para distinguir una comunidad científica de otra, por ejemplo el paradigma de la física y el paradigma de la química.

En segundo lugar, se puede utilizar para distinguir entre etapas históricas diferentes dentro de una misma ciencia. Por ejemplo, la mecánica clásica y la mecánica relativista en el ámbito de la física.

Y, por último, los paradigmas sirven para distinguir grupos cognitivos dentro de una misma ciencia. Por ejemplo, ¿La mecánica cuántica y mecánica relativista en los primeros tiempos de la primera?, no lo sé, no sé tanta física, si me permitís me paso a la sociología, digamos funcionalistas y sociólogos críticos. Esta última visión de diferencias entre escuelas de pensamietno es la que más se acerca a lo que Kuhn quería expresar.

Para Kuhn un paradigma es una imagen básica de una ciencia, una unidad de consenso entre científicos que permite a una subcomunidad científica diferenciarse de otra. Según Tezanos (14), lo más importante en un paradigma es que sea un logro fundamental abierto, que deja aún por hacer todo género de investigaciones. Y además, que sea un logro aceptado, admitido por un grupo cuyos miembros no trata de rivalizar entre sí, sino que tratan de extenderlo de todas las formas que hallan a su alcance.

De manera que un paradigma es un lugar estable dentro de la ciencia, un sitio confortable, sobre el que descansa la ciencia en un momento histórico y que los científicos ensanchan mediante la acumulación de conocimientos sin salir de él.

Pero con el tiempo surgen anomalías en el proceso de investigación que no pueden ser contestadas dentro del paradigma, cosas que no encajan. Sí las anomalías crecen se inicia una etapa de crisis, ya empiezan a producirse deserciones, nuevos campos de investigación fuera del paradigma.

Si no se cierra la crisis y, los nuevos campos abiertos encuentran explicaciones que empiezan a contestar preguntas que el paradigma no puede, se produce una revolución científica que da lugar a un nuevo paradigma.


¿Qué relación existe entonces entre el concepto de paradigma y el de teoría?. Ritzer nos contesta diciendo que un paradigma alberga en su seno, una o más teorías.

La sociología es una ciencia multiparadigmática, de hecho, a continuación vamos a echarle un vistazo a los paradigmas principales que ha producido la sociología desde dos puntos de vista. El de Ritzer, que hace una clasificación en función de la teoría sociológica general y, la de Harold Kerbo (15), que pone en el foco el análisis de la estratificación social.

Paradigmas en sociología según Ritzer
Ritzer nos dice que un paradigma se define por unas obras principales que asientan la doctrina, con una imagen determinada del objeto de la ciencia y con métodos o instrumentos del trabajo científico.
Para Ritzer serían tres, los principales paradigmas de la sociología: el paradigma de los hechos sociales, el de la definición social y el de la conducta social.

El paradigma de los hechos sociales tiene como obras básicas, “Las reglas del método sociológico y “El Suicidio” de Emile Durkheim. La imagen del objeto de la sociología son los hechos sociales, es decir, las grandes estructuras sociales y las instituciones. Los métodos que utilizan son las entrevistas a partir de un cuestionario y el análisis histórico comparado. Forman parte de este paradigma la teoría del conflicto (16), el  funcionalismo estructural (17) y la teoría de sistemas (18).

El paradigma de la definición social tiene como obra fundamental los escritos de Max Weber sobre la acción social. La imagen del objeto es el modo en el que los actores definen sus situaciones sociales, y la influencia de estos intercambios en la acción de los individuos y en la interacción entre las personas. El método de trabajo principal es la observación. Hay muchas teorías sociológicas que se basan en la acción, la teoría de la acción (19), el interaccionismo simbólico (20), la fenomenología (21) y la etnometodología (22).

Por último, el paradigma de la conducta social tiene por obra fundamental, la obra del psicólogo B.F. Skinner (23). La imagen del objeto es la conducta irreflexiva del sujeto y como responde éste a la recompensa y el castigo. El método de trabajo por excelencia dentro del conductismo es el experimento. Las teorías principales dentro del paradigma son la sociología conductista (24) y la teoría del intercambio (25).

Paradigmas en sociología según Kerbo
Kerbo se basa en Lenski (26) y Strasser (27) para extraer su clasificación de paradigmas.   Estos autores analizan las teorías sociológicas desde dos puntos de vista o dimensiones, por un lado, desde los valores y, por otro, desde los modelos de sociedad.

Estudiando los diversos autores podemos extraer en la dimensión valorativa tres supuestos. En primer lugar, si la desigualdad es inevitable o evitable, es decir, si toda sociedad humana es desigual por definición o no. En segundo término, si la escuela sociológica de que se trate mantiene una visión optimista de la naturaleza humana o no. Y, por último, si la sociología debe ser una ciencia neutral y limitarse a observar, describir y explicar, o bien, debe plantearse como meta la intervención para alcanzar sociedades mejores y más justas. Estos supuestos valorativos los podemos clasificar en dos tendencias, críticos y no críticos.

De la misma manera, podemos extraer dos modelos de sociedad: un modelo basado en el conflicto y un modelo basado en el orden.  Lo que nos lleva, en primer lugar el dilema entre una sociedad que se mantiene unida mediante el conflicto y la lucha del poder o mediante el consenso en normas y valores.

En segundo lugar, si el estudio se centra en las partes y procesos que se dan en el seno de la sociedad o se contempla la sociedad como un sistema.

Y, por último, si la sociedad es un contexto para las luchas entre las divisiones o estratos sociales, o bien, el sistema social tiene unas necesidades propias que tiene satisfacer para su supervivencia.
En el cuadro siguiente se muestra todo lo que hemos expresado en los dos últimos párrafos:







La combinación de ambas variables nos da una clasificación, debida a Strasser y Kerbo, formada por cuatro casillas que contienen cuatro paradigmas: el crítico del orden, el no crítico del orden, el crítico del conflicto y el no crítico del conflicto. Y en cada uno de los paradigmas podemos agrupar las teorías específicas de la estratificación social que en mundo han sido. Esto se puede ver en el cuadro siguiente con más claridad, en el que además incluimos los autores más prominentes de cada paradigma:




Juan Carlos Barajas Martínez
Sociólogo

Notas:

  1. George Ritzer nació en 1940 en la ciudad de Nueva York, se graduó en sociología en la Escuela Superior de Ciencia del Bronx en 1958. En la actualidad es profesor de sociología de la Universidad de Maryland. Sus principales áreas de interés son la Teoría Sociológica y la Sociología del Consumo. Fue director de las secciones de Teoría Sociológica (1989-1990) y de Organizaciones y ocupaciones (1980-1981) de la Asociación Americana de Sociología.
  2. Karl Marx, conocido también en castellano como Carlos Marx (Tréveris, Reino de Prusia, 5 de mayo de 1818-Londres, Reino Unido, 14 de marzo de 1883), fue un filósofo, intelectual y militante comunista alemán de origen judío. En su vasta e influyente obra en los campos de la filosofía, la historia, la ciencia política, la sociología y la economía; aunque no limitó su trabajo solamente al área intelectual, pues además incursionó en el campo del periodismo y la política, proponiendo en su pensamiento la unión de la teoría y la práctica. Junto a Friedrich Engels, es el padre del socialismo científico, del comunismo moderno, del marxismo y del materialismo histórico. Sus escritos más conocidos son el Manifiesto del Partido Comunista (en coautoría con Engels) y El Capital.
  3. Georg Wilhelm Friedrich Hegel (Stuttgart, 27 de agosto de 1770 – Berlín, 14 de noviembre de 1831) fue un filósofo alemán. Recibió su formación en el Tübinger Stift (seminario de la Iglesia Protestante en Wurtemberg), donde trabó amistad con el futuro filósofo Friedrich Schelling y el poeta Friedrich Hölderlin. Le fascinaron las obras de Platón, Aristóteles, Descartes, Spinoza, Kant, Rousseau, así como la Revolución Francesa, la cual acabó rechazando cuando esta cayó en manos del terror jacobino. Murió víctima de una epidemia de cólera, que hizo estragos durante el verano y el otoño de 1831. Considerado por la historia clásica de la filosofía como el representante de «la cumbre del movimiento decimonónico alemán del idealismo filosófico» y como un revolucionario de la dialéctica, habría de tener un impacto profundo en el materialismo histórico de Karl Marx.
  4. Ludwig Andreas Feuerbach (Landshut, Alemania, 28 de julio de 1804 – Rechenberg, Alemania, 13 de septiembre de 1872) fue un filósofo alemán, antropólogo, biólogo y crítico de la religión. Es considerado el padre intelectual del humanismo ateo contemporáneo, también denominado ateísmo antropológico. Para él la inmortalidad es una creación humana y constituye el germen básico de la antropología de la religión. El materialismo crítico de Feuerbach tendría un efecto profundo tanto en el pensamiento de Richard Wagner, Max Stirner y Bakunin como en las teorías de Marx y Engels y, en general, en todo el denominado materialismo histórico.
  5. Claude-Henri de Rouvroy, conde de Saint-Simon (París, 17 de octubre de 1760 – ibíd., 19 de mayo de 1825), fue un filósofo y teórico social francés, que puede incluirse entre los pensadores del socialismo utópico. Sus ideas dieron nacimiento a un movimiento surgido después de su muerte y conocido precisamente con el nombre de sansimonismo. Es también conocido como el padre de la sociología, junto a Auguste Comte.
  6. Immanuel Kant, fue un filósofo prusiano de la Ilustración. Es el primero y más importante representante del criticismo y precursor del idealismo alemán y está considerado como uno de los pensadores más influyentes de la Europa moderna y de la filosofía universal.
  7. Emile Durkheim (Épinal, Francia, 15 de abril de 1858 – París, 15 de noviembre de 1917) fue un sociólogo francés. Estableció formalmente la disciplina académica y, junto con Karl Marx y Max Weber, es considerado uno de los padres fundadores de dicha ciencia.
  8. Herbert Spencer (Derby, Inglaterra, 1820-Brighton, Inglaterra, 1903) fue un naturalista, filósofo, psicólogo, antropólogo y sociólogo inglés. Fue uno de los más ilustres positivistas de su país. Ingeniero civil y de formación autodidacta, se interesó tanto por la ciencia como por las letras. Ver en este mismo blog: “De cuando la sociología daba sus primeros pasos III: Reino Unido e Italia”.
  9. Auguste Comte, cuyo nombre completo Isidore Marie Auguste François Xavier Comte (Montpellier, Francia, 19 de enero de 1798-París, 5 de septiembre de 1857), es considerado el creador del positivismo y de la sociología, aunque hay sociólogos que solo le atribuyen haberle puesto el nombre. Mirad "De cuando la sociología daba sus primeros pasos".
  10. Charles Robert Darwin (Shrewsbury, 12 de febrero de 1809 – Down House, 19 de abril de 1882) fue un naturalista inglés, reconocido por ser el científico más influyente (y el primero, compartiendo este logro de forma independiente con Alfred Russel Wallace) de los que plantearon la idea de la evolución biológica a través de la selección natural, justificándola en su obra de 1859 El origen de las especies con numerosos ejemplos extraídos de la observación de la naturaleza. Postuló que todas las especies de seres vivos han evolucionado con el tiempo a partir de un antepasado común mediante un proceso denominado selección natural. La evolución fue aceptada como un hecho por la comunidad científica y por buena parte del público en vida de Darwin, mientras que su teoría de la evolución mediante selección natural no fue considerada como la explicación primaria del proceso evolutivo hasta los años 1930.1​ Actualmente constituye la base de la síntesis evolutiva moderna. Con sus modificaciones, los descubrimientos científicos de Darwin aún siguen siendo el acta fundacional de la biología como ciencia, puesto que constituyen una explicación lógica que unifica las observaciones sobre la diversidad de la vida.
  11. Jeffrey C. Alexander es un destacado pensador y profesor norteamericano que ha contribuido notablemente en la sociología contemporánea; particularmente en la sociología cultural.1​ También es considerado como una referencia necesaria del "neofuncionalismo" en sociología.
  12. Pierre-Félix Bourdieu  (Denguin, 1 de agosto de 1930 – París, 23 de enero de 2002) fue uno de los más destacados representantes de la sociología contemporánea. Logró reflexionar sobre la sociedad, introdujo o rescató baterías de conceptos e investigó en forma sistemática lo que suele parecer trivial como parte de nuestra cotidianidad. Algunos conceptos claves de su teoría son los de "habitus", "campo social", "capital simbólico" o "instituciones". Al final de su vida se convirtió, por su compromiso público, en uno de los principales actores de la vida intelectual francesa. Su pensamiento ha ejercido una influencia considerable en la conciencia humana y social, en especial de la sociología francesa de posguerra. Caracterizó su modelo sociológico como "constructivismo estructuralista"; la problemática constructivista tiende a descifrar las realidades sociales como construcciones históricas cotidianas de actores colectivos e individuales que se sustraen del control de estos actores. Su sociología reveladora ha tenido críticos que lo acusan de una particular visión determinista de lo social.
  13. Thomas Samuel Kuhn (Cincinnati, 18 de julio de 1922 - Cambridge, 17 de junio de 1996) fue un físico, historiador y filósofo de la ciencia estadounidense, conocido por su contribución al cambio de orientación de la filosofía y la sociología científica en la década de 1960.
  14. José Félix Tezanos es Doctor en Ciencias Políticas y Sociología. Desde 1974 desempeña diversos puestos docentes en universidades españolas. Es Catedrático de Sociología en la UNED, Director del Departamento de Sociología III (Tendencias Sociales) y Coordinador del GETS (Grupo de Estudio sobre Tendencias Sociales). Dirige la Fundación Sistema y es miembro de la Academia Europea de Ciencias, Artes y Letras de Paris, así como de los Consejos de Redacción de las revistas REIS (Revista Española de Investigaciones Sociológicas), RIS (Revista Internacional de Sociología) y EMPIRIA (Revista de Metodología de Ciencias Sociales). Editor de la Revista Sistema y Director de la Revista Temas, es autor de más de una treintena de libros y de cientos de monografías científicas sobre temas de estructura social, sociología política, tendencias sociales y ciencia, tecnología y sociedad.
  15. Harold R. Kerbo es profesor de sociología de la Universidad Politécnica de California en San Luis Obispo, especialista en estratificación social y desigualdad.
  16. La sociología del conflicto o teoría del conflicto: En este paradigma se agrupan las teorías sociológicas que analizan a la sociedad desde el punto de vista de la desigualdad, el conflicto y el cambio social. Se resaltan las relaciones de dominación que enfrentan a las diferentes categorías de personas y, en el ámbito internacional, a los conflictos entre distintas sociedades que compiten entre sí. Se analizan también las estrategias que emplean los dominadores para mantener su posición y de los dominados para intentar mejorar su situación.
  17. El estructural-funcionalismo (también llamado funcionalismo estructural, funcionalismo o estructuralismo) es un marco de construcción teórica que ve a la sociedad como un sistema complejo cuyas partes trabajan juntas para promover la solidaridad y la estabilidad. Se entiende como el estudio de una sociedad social conocida como estructura o sistema social. Este enfoque ve la sociedad desde una orientación de nivel macro, que es un enfoque amplio en las estructuras sociales que conforman la sociedad en su conjunto, y cree que la sociedad ha evolucionado, al igual que los organismos.
  18. La teoría de sistemas o teoría general de sistemas (TGS) es el estudio interdisciplinario de los sistemas en general. Su propósito es estudiar los principios aplicables a los sistemas en cualquier nivel en todos los campos de la investigación.1​ Un sistema se define como una entidad con límites y con partes interrelacionadas e interdependientes cuya suma es mayor a la suma de sus partes. El cambio de una parte del sistema afecta a las demás y, con esto, al sistema completo, generando patrones predecibles de comportamiento. El crecimiento positivo y la adaptación de un sistema dependen de cómo de bien se ajuste éste a su entorno. Además, a menudo los sistemas existen para cumplir un propósito común (una función) que también contribuye al mantenimiento del sistema y a evitar sus fallos
  19. Entre las teorías sociológicas, algunas se fundamentan en la acción individual. Max Weber expresó: En la acción está contenida toda la conducta humana en la medida en que el actor le asigna un sentido subjetivo (sentido mentado). La esencia de una teoría de la acción es la descripción adecuada de las motivaciones y de las causas que promueven la acción social. No toda teoría sociológica la ubica como la variable de mayor relevancia. Este tipo particular de teoría sociológica se ha de vincular necesariamente a la Psicología social y por ello ha de utilizar, en forma implícita o explícita, el concepto de actitud. A modo de ejemplo se resume brevemente por ser una teoría representativa del caso considerado, a la propuesta por Talcott Parsons y colaboradores. Tanto las funciones a cumplir por la teoría, las variables relevantes y los fundamentos psicológicos, han sido extractados a partir del libro de Parsons y colaboradores citado abajo.
  20. El Interaccionismo Simbólico, cuyo máximo exponente es el filósofo norteamericano George Herbert Mead. Las reflexiones de Mead se centraron en explicar cómo las personas van construyendo su propia identidad y definiéndose a si mismas a través de sus experiencias sociales. Para este enfoque la sociedad es el resultado de las interacciones cotidianas de las personas, que van dotando de significado al mundo social que les rodea. Por supuesto no hay garantías de que este proceso de interacción continua haga que las personas terminen imputando los mismos significados al entorno en el que viven y, así, aún reaccionado de la misma manera, un policía puede hacer sentirse seguro a un individuo y nervioso a otro. De modo que la sociedad sería un mosaico de definiciones subjetivas y reacciones variadas.
  21. La fenomenología (del griego antiguo φαινόμενoν, 'aparición', 'manifestación' y λογος, 'estudio, tratado') es una rama de la filosofía que estudia el mundo respecto a la manifestación. La fenomenología es una corriente filosófica muy amplia y diversa por lo que difícilmente valdrá una sola definición para todas sus vertientes. Sin embargo, es posible caracterizarla como un movimiento filosófico que llama a resolver todos los problemas filosóficos apelando a la experiencia intuitiva o evidente, que es aquella en la que las cosas se muestran de la manera más originaria o patente.
  22. Por eso las diferentes vertientes de la fenomenología suelen discutir constantemente sobre qué tipo de experiencia es relevante para la filosofía y sobre cómo acceder a ella. De ahí también que todas ellas se suelan apropiar del lema "¡A las cosas mismas!" que aplica en realidad para todo conocimiento científico en tanto que conocimiento que apela a la experiencia evidente
  23. La Etnometodología es una corriente sociológica surgida en los años sesenta a través de los trabajos de Harold Garfinkel. Aparece como una ruptura con las ideas del Estructural-funcionalismo de TalcottParsons las cuales, según Garfinkel, consideraban al actor como un "idiota cultural" que sólo "actuaba" de acuerdo con normas que le eran impuestas. La etnometodología se basa en el supuesto de que todos los seres humanos tienen un sentido práctico con el cual adecuan las normas de acuerdo con una racionalidad práctica que utilizan en la vida cotidiana. En términos más sencillos, se trata de una perspectiva sociológica que toma en cuenta los métodos que los seres humanos utilizan en su vida diaria para sentarse, ir al trabajo, tomar decisiones, entablar una conversación con los otros.
  24. Burrhus Frederic Skinner (Susquehanna, 20 de marzo de 1904-Cambridge, 18 de agosto de 1990) fue un psicólogo, filósofo social, inventor, y autor estadounidense.​ Condujo un trabajo pionero en psicología experimental y defendió el conductismo, que considera el comportamiento como una función de las historias ambientales de refuerzo. Escribió trabajos controvertidos en los cuales propuso el uso extendido de técnicas psicológicas de modificación de conducta, principalmente el condicionamiento operante, para mejorar la sociedad e incrementar la felicidad humana, como una forma de ingeniería social.
  25. Mientras que el conductismo psicológico se caracteriza por utilizar el vínculo E-R (estímulo-respuesta) para la descripción del comportamiento individual, el conductismo social se caracteriza por utilizarlo a través del concepto de actitud. Mientras que el vínculo E-R, en el primer caso, se aplica al campo de las respuestas de tipo emocional o fisiológico, en el segundo caso se lo aplica a la respuesta completa de un individuo contemplando tanto la interacción social como el aspecto cultural asociado
  26. La Teoría de Intercambio Social es una perspectiva del campo de la psicología social y la sociología que explica el cambio social y la estabilidad como un proceso de intercambios negociados entre personas. La teoría de intercambio social propugna que todas las relaciones humanas se forman por el uso de un análisis de coste-beneficio y la comparación con alternativas. Por ejemplo, cuando una persona percibe los costes de una relación por encima de los beneficios obtenidos, la persona, según esta teoría, abandonará la relación. Esta teoría tiene sus raíces en economía, psicología y sociología.
  27. Gerhard Emmanuel Lenski (nacido el 13 de agosto 1924 en Washington DC) es un sociólogo norteamericano conocido por sus contribuciones a la sociología de la religión, la desigualdad social y la teoría ecológico-evolutiva.
  28. Hermann Strasser (Nacido el 28 de Noviembre de 1941 en Altenmarkt im Pongau) es un profesor de sociología austríaco. Después de trabajar en los años 70  en el departamento de sociología de la Universidad de Oklahoma regresó a Europa, a la universidad de Duisburg-Essen de la que en la actualidad es profesor emérito. 


Bibliografía:

George Ritzer
Teoría Sociológica Moderna
Mac Graw-Hill
Madrid 2011

George Ritzer
Teoría Sociológica Clásica
Mac Graw-Hill
Madrid 2011

José Félix Tezanos
La explicación Sociológica
Una introducción a la sociología
UNED
Madrid 1998

Juan Carlos Barajas
Sociología Divertida 2014

Juan Carlos Barajas
Sociología Divertida 2016




domingo, 23 de septiembre de 2018

La Pregunta Tabú de David Broncano


La pregunta tabú de David Broncano


La preguntita de marras

Es difícil clasificar a David Broncano (1). Es humorista pero no cuenta chistes. Es monologuista, que yo sepa, en al menos dos idiomas. Es un entrevistador y presentador pero no hay noticias de que sea periodista, de hecho, recomiendo que se vea en “Youtube” la antientrevista que le hizo al  escritor Ken Follet en televisión (2) para comprobarlo. Es un tipo culto aunque lo oculta o – al menos – no presume de ello. Al final, el resultado de tanta ambigüedad es asombroso, o le quieres o ….

Es tan famoso en España, que yo creo que ya no sabe dónde meterse para que no le roben una foto, y lo sé por experiencia porque yo le pedí una en una falla geológica – una especie de zanja basáltica - que separa Europa de América en un recóndito lugar del planeta. Allá dónde David coincida con un español, se verá obligado a hacerse una foto con él, y lo hará amablemente a pesar del cansancio que la fama debe acarrearle.

“No es un humorista, es un chico simpático”, me dijo una vez un compañero de trabajo. Puede ser, pero yo me río mucho con sus actuaciones y en mi casa todos somos fanes suyos. Lo de mis hijos es normal, son millenials (3) el público objetivo de David, pero de lo mi mujer y yo es más raro, somos chicos del baby boom (4) y aceptamos menos bromas con los límites del humor.

El caso, querido lector, es que te supongo intrigado por saber qué pinta David en un blog dedicado a las ciencias sociales. Bien, ahí voy. David Broncano estrenó un programa propio la pasada temporada, lo que llaman late show los enemigos de la lengua. Y acostumbra a preguntar a todos los invitados sobre el dinero que tienen, la panoja que dice él en su dialecto jienense.

Es muy curioso ver las respuestas de las personas entrevistadas. Las reacciones son de lo más diverso y los entrevistados, a estas alturas de la emisión, ya vienen preparados. Unos, simplemente, se niegan a responder no sin embarazo. Otros vienen armados con los saldos de sus cuentas bancarias. Otros dicen una cantidad desorbitada, escondiendo de esta manera el dinero que tienen. Otros dan una cantidad insignificante aduciendo que invierten todo lo que ganan.

El denominador común es que nadie dice la verdad, todos ocultan su renta lo que, por cierto, son muy dueños de hacer. A excepción del propio David, que lo ha dicho en varias ocasiones. Inevitablemente surge la pregunta, ¿por qué nadie quiere decir la verdad en este tema?.

El dinero como tabú

Cuando existe un cierto consenso social para no hablar de algo se le califica como tabú. Un tabú es algo prohibido, o bien, algo de lo que no se puede hablar. Por lo tanto, el dinero sería un tabú de la segunda especie. Esto se dice mucho en internet, encontraréis muchas entradas al respecto, pero no se explican las razones que hay detrás de ese comportamiento.

Lo único que puedo reprochar a mis padres, en lo que a mi educación se refiere, está relacionado con el sexo y el dinero. No recibí una educación adecuada en ambos asuntos. Mis padres nunca me hablaron de la economía doméstica, de las penalidades que podíamos estar pasando o de las épocas de vacas gordas, lo deducías por el contexto. A los niños solo nos llegaba la información cuando la cosa no tenía remedio. Pero más allá de esto, es que tampoco me explicaron nada sobre cheques, bancos, gastos corrientes, acciones y demás zarandajas, quizás por eso de mayor he sido un inútil integral en mi relación con los bancos, menos mal que la economía de mi casa la lleva mi chica.

En el primero de los temas me prometí a mí mismo no caer en los mismos errores, y lo intenté sin mucho éxito, la aversión a hablar de mi sexualidad con mis hijos era sólo comparable a la que tenían ellos de hablar conmigo de la suya. En el segundo de los casos, ni siquiera caí en su momento de que debía educarles en esa materia. Así que, papá, mamá, no tengo nada que reprocharos.

Voy a ir más allá, no sé lo que ganan o tienen mis mejores amigos, sí conozco de sus propiedades y sus gastos aparentes, con lo que me puedo hacer una idea, pero no tengo no sé nada de sus sueldos ni de sus saldos. Es curioso no saber una cuestión íntima de las personas con las que más intimidad tengo.

En un entorno laboral competitivo puedo entender que la información sobre los sueldos sea una cuestión conflictiva. Así que filtrar y manejar esta información puede aportar ventajas competitivas y puede ser normal no hablar de ello. Pero yo soy funcionario, no es un entorno laboral especialmente competitivo, nuestros ingresos son públicos y, si no lo son, mala cosa, algo no está funcionando. Sin embargo, tampoco hablamos de lo que ganamos. Esta experiencia mía en relación con el dinero es muy parecida a la de otras personas con las que he hablado de este asunto.

 Después de estos cuatro últimos párrafos, va a ser que sí, que tiene pinta de que al dinero podemos considerarlo como un tema tabú.

Al menos en España, porque hay por ahí gentes muy viajadas que dicen que esto forma parte de nuestra idiosincrasia que, si te vas a Estados Unidos, es tema normal de conversación porque el rasero social que mide el prestigio no es “quién eres” (médico, juez, fontanero o cupletista) sino “cuánto ganas”.

Puede ser, no he estado en muchos saraos norteamericanos y cuando he estado, ha sido entre hispanos, por lo que no puedo opinar. Por otra parte, encuentras muchos datos y opiniones contradictorias. Desde una hipotética encuesta de una empresa financiera que dice que sólo 1 de cada 10 norteamericanos (5) está cómodo hablando de sus ganancias a quienes afirman que un norteamericano medio no tiene ningún reparo en decirte sus ingresos anuales. Lo que sí puedo afirmar, es que después de ver muchos late shows de ese país en la tele, no he visto un tipo como David Broncano preguntándole a la basca sobre su peculio. No he visto a Conan O’Brian (6) o Jimmy Fallon (7) preguntándole a un actor de Hollywood cuánta pasta tiene en el banco, debe ser que no tiene la misma gracia decirlo en televisión ante millones de espectadores.

Ante tanta pregunta sin respuesta lo primero que hice fue buscar en mi biblioteca algún autor consagrado que hubiera hablado del asunto, ya sabéis que recurro siempre a las autoridades en busca de amparo. Me releí la “Filosofía del Dinero” de Simmel (8), algún compendio de Marx (9) porque Marx directamente es inabarcable, desempolvé a mi querido Weber (10) y sus “Ensayos sobre Sociología de la Religión” e, incluso, me aventuré a leer la “Psicología del Dinero” de Claudia Hammond (11), que está más cercano a un libro de autoayuda que a un tratado serio. Y no obtuve nada que me permitiera contestar la pregunta.

Mucha simbología, significado, mucho sobre cómo funciona, cómo usarlo bien, cómo protegerte de las alteraciones psicológicas que produce por exceso o por defecto, incluso, por qué razón monetaria la selección inglesa de fútbol pierde siempre cuando se recurre a la tanda de penaltis. Realmente se ha escrito mucho sobre el dinero y lo sabemos casi todo de él. Pero yo no he encontrado nada que pudiera relacionarlo directamente con la cuestión que nos ocupa. Entiéndaseme bien, no digo que no haya nadie que haya tratado el tema, simplemente que yo no lo he encontrado. Así que me he puesto a pensar por mi cuenta, con el riesgo que eso siempre entraña para la salud.

¿Qué es lo que nos impide hablar de lo que ganamos o de lo que tenemos en el banco?. Lo primero en lo que pensé es en la seguridad, es decir, el hecho de que si soy gente de posibles y lo hago público, estén detrás de la próxima esquina esperándome para robarme o ser víctima de un secuestro exprés.

No creo que sea esta la razón, si así fuera los ricos no harían pública ostentación de sus bienes. Los ricos tienen miedo de los pobres recalcitrantes poco dados a aceptar de buen grado la desigualdad, pero esa es la razón de que existan empresas de seguridad no del silencio dinerario.

Dinero, religión y cultura

Luego pensé en una cuestión cultural, que el tabú del dinero fuera algo peculiar nuestro y no un universal cultural. Este camino resulto ser más productivo.

Supongamos que el tabú del dinero en España es incontrovertible y supongamos, asimismo, que la encuesta que nos dice que el 10% de los norteamericanos se sienten cómodos para hacer público el dinero que tienen es cierta, entonces debemos concluir que el tabú del dinero no se da en los Estados Unidos pues, que uno de cada diez ciudadanos diga sin complejos lo que gana, significa que se está lejos de ser un tema completamente prohibido.

Entonces pensé en la religión. Algún lector puede decir que tengo con la religión una monomanía, pero es que la religión tiene una influencia enorme en la cultura de una sociedad y, poniendo el foco en la religión, se suele acertar.

Mi admirado Max Weber opinaba que el dinero es lo más abstracto e impersonal que existe en la vida humana. Las religiones de salvación han mirado con gran desconfianza la expansión de los poderes económicos, igualmente impersonales y opuestos a la fraternidad.

Para Weber, ante esta situación de tensión, la ética religiosa de los virtuosos – que los no virtuosos ya sabemos que siempre estuvieron del lado de los poderosos -  reaccionó del modo aparentemente más radical, rechazando la posesión económica de bienes. Pero la paradoja de toda ascética racional, en la que ha tropezado de igual forma el monacato de todos los tiempos, consiste en que ella misma ha creado la riqueza que rechazaba. En todas partes los templos y los monasterios se convirtieron en sedes de una economía racional.

La Iglesia entonces se movía entre la complacencia de la jerarquía con el dinero y la economía racional de las órdenes cuyos monjes habían renunciado individualmente al dinero y que, sin embargo, generaba riqueza. El problema era la tensión en el ámbito de los principios y en el ámbito interno, la contradicción entre lo que se predicaba y lo que se poseía.

Cuando llegó la Reforma de Lutero, Calvino y compañía dieron una nueva solución al problema, es decir, la paradoja de la ética profesional puritana, que renunció al universalismo del amor y aceptó así también, como decía Weber, la objetivación del cosmos económico como querida por Dios. Es decir, que ser rico no era pecado sino obrar en consonancia con la voluntad del Señor.

Mientras que las Iglesias de la Reforma abandonaron el voto de pobreza. La iglesia de la Contrarreforma siguió predicando que es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el Reino de los Cielos (12). Y, por tanto, mantuvo la tensión entre prédica y práctica.

Los Estados Unidos fueron fundados por un grupo de puritanos protestantes que llevaron consigo su ética y que todavía empapa su idiosincrasia política y económica. Sus católicas majestades, en cambio, dirigieron el brazo armado de la Iglesia de la Contrarreforma.

No hace mucho tiempo, España – o una parte de ella - se creía la reserva espiritual de Occidente. Esto no pasa de un día para otro y todavía, aun siendo una sociedad compleja y moderna, quedan contradicciones no resueltas como que los tribunales todavía persigan la blasfemia.

Así que no es extraño, por su impronta cultural, que los norteamericanos hablen del dinero que ganan con más liberalidad que los españoles. Para los primeros, el acumular capital no es inmoral sino todo lo contrario, es una manera de colaborar con la obra divina, mientras que para los segundos, independientemente de sus creencias actuales, tienen un acervo cultural en el que el dinero pesa moralmente. Eso no quita para que muchos hagan pública ostentación de su riqueza, personas que no confesarían su sueldo ni el potro de tortura luego son los primeros en comprarse un coche de gama alta. Al fin y al cabo, la propia Iglesia – amante de la pobreza como ideal de Salvación - cae en ostentaciones y contradicciones de parecido cuño.

El dinero y las tres ideologías básicas del español

Hace ya algunos años publiqué un artículo en este mismo blog – “Las tres ideologías básicas del homo hispanicus” – en el que manifestaba mi convencimiento de que hay tres ideologías que influyen en la cultura española por encima de otras que, o bien, tienen menor antigüedad, o bien, han sido importadas. Son: el hidalgo, el tendero y el aldeano.

Aquí no uso el término “ideología” en el sentido político, sino en el sentido sociológico, sinónimo de visión del mundo, como conjunto de creencias que – construidas socialmente – moldean la forma de pensar de la gente.

Estas tres ideologías comparten el mismo sustrato religioso del catolicismo, por tanto, parten con idea de que el dinero merece la pena pero que tiene un peso moral que hay que asumir y las tres, de igual manera, hunden sus raíces en la Edad Media.

La mentalidad hidalga, es una forma de pensamiento tributaria de aquella nobleza pobre y autóctona, que fue el sostén de las guerras de reconquista e imperiales de la monarquía hispánica.

Da un valor desmedido al honor, no tanto como conjunto de valores a mantener, como un código moral interior con el que conducirse por la vida, sino como creencias que hay que mantener ante el otro. Por eso tanta preocupación por el qué dirán, así, le gusta ostentar signos externos de riqueza, pero no de dinero en efectivo, ya que el vil metal mancha las manos y hablar de él es una ordinariez. El hidalgo te enseñará el Mercedes que se acaba de comprar, pero no de dónde lo ha sacado, lo mismo su familia lleva seis meses comiendo macarrones o ha rehipotecado su casa.

El tendero es cortoplacista por definición, invierte en la mercancía que ofrece y la vende en el menor plazo posible sacando la ganancia de su margen comercial. De eso vive y por eso necesita un capital mínimo permanente. El tendero no está preocupado por el honor sino por el fisco. Tenderos de todas las épocas han sido las víctimas de los recaudadores de todos los tiempos, así que, la mentalidad del tendero es poco proclive a hablar de dinero, nunca dirá que su tienda va bien, no hará grandes ostentaciones en público y después de tres minutos de conversación se quejará amargamente de la Hacienda Pública.

Por último, está la ideología del aldeano, el tipo ideal de mentalidad más influyente en nuestra cultura. No olvidemos que hasta hace poco tiempo, hablando en términos históricos, el nuestro era esencialmente un país de economía agrícola con miles de pueblos pequeños repartidos por el territorio. Si me pongo de ejemplo, todos mis bisabuelos eran gente de campo. Yo soy fundamentalmente un aldeano con trazas de hidalgo y nada de tendero.

Al describir al aldeano me siento reconfortado por el hecho de que es un tipo de ideología muy bien descrita desde la antropología, al contrario de los otros dos tipos que son criaturas de mi observación personal. Y, como he dicho al principio, me gusta ampararme en autores consagrados. La ideología del aldeano coincide básicamente con la ideología campesina descrita por el antropólogo George Foster (13).

George Foster descubrió que las comunidades campesinas en el sur de Europa se caracterizan por una determinada ideología o visión de mundo. Foster citó diversos casos etnográficos para ilustrar esta visión de mundo campesina, a la que denominó la imagen del bien limitado.

En esta ideología, todo se percibe como finito: tierra, riqueza, salud, amor, amistad, honor, respeto, estatus, poder, influencia, seguridad. Al ver todo como escaso, los campesinos creen existe una reserva común, un fondo imaginario de todo aquello que tiene valor en su comunidad. En este sistema de ideas, los individuos sólo pueden descollar en algo porque se apropian de una parte mayor de la que les correspondería en términos proporcionales de esa especie de reserva común, lo que implica privar a otros de lo que sería su parte.

Los campesinos aceptan la riqueza diferencial que procede de fuera de la comunidad (por ejemplo el trabajo asalariado realizado fuera de la localidad) ya que resulta evidente que no ha supuesto extraer nada de la reserva común finita de carácter local. Los beneficios pueden proceder también de la pura suerte (por ejemplo la lotería). En todos estos casos la reserva de bienes de la comunidad permanece intacta.

Sin embargo, los campesinos prósperos que no salen de su localidad pueden convertirse en el blanco del chismorreo, la envidia, el ostracismo y la violencia física. Pues su prosperidad representa que ha tomado una parte mayor de la que le corresponde de la reserva común. Dadas tales respuestas, se intenta ocultar la buena fortuna: las ropas, el interior de la casa, la dieta y, por supuesto, el dinero.

Conclusión, despedida y cierre

Pues ya llegamos al final. Podemos concluir que nadie o casi nadie va a contestar a David. Más que nada porque vivimos en una sociedad cuya religión mayoritaria que considera el dinero como una carga moral, que se puede atesorar pero que ya verás tú como te las arreglarás cuando dejes este valle de lágrimas y te presentes ante el Padre. Y si esto no fuera suficiente, nos educan en una cultura en la que las principales ideologías - por miedo a la envidia, a las recaudaciones o la vulgaridad – hablar del dinero propio representa un problema.

Claro que - como decía el policía Hernández del Comic Tintín - "esta es mi opinión y yo la comparto", la he hecho pública sin ningún ánimo de hacer proselitismo, cada uno que piense lo que quiera.

Y, precisamente querido lector, ahora la pelota está en tu tejado. ¿Contestarías la pregunta tabú de David Broncano?, yo no.


Juan Carlos Barajas Martínez
Sociólogo

Notas:

  1. David Broncano Aguilera (Santiago de Compostela, La Coruña, 30 de diciembre de 1985) es un cómico y presentador de televisión y radio español.
  2. Entrevista en “Late Motiv” del canal #0 de Movistar a Ken Follet conducida por David Broncano. En esta entrevista se puede apreciar el estilo enloquecido de David. https://www.youtube.com/watch?v=8XDCsFoFpY0
  3. La generación Y, también conocida como generación del milenio o milénica o millenials —del inglés millennial generation —, es la cohorte demográfica que sigue a la generación X. No hay precisión o consenso respecto de las fechas de inicio y fin de esta generación. Los comentaristas utilizan la década de 1980 como referencia y la de 1990 cómo la de desenlace.
  4. Explosión de natalidad es la expresión en lengua castellana equivalente a la expresión baby boom o baby boomer en lengua inglesa, surgida tras la Segunda Guerra Mundial, para definir el fenómeno demográfico durante el período comprendido entre 1946 y 1964, y caracterizado por un incremento notable de la natalidad. A los miembros de esa generación se los conoce como baby boomers
  5. “Hablar de dinero, un tabú en las conversaciones de los americanos” artículo en Telemundo: https://www.telemundo.com/el-poder-en-ti/2018/08/13/hablar-de-dinero-un-tabu-en-las-conversaciones-de-los-americanos?image=8734192
  6. Conan Christopher O'Brien (n. 18 de abril de 1963) es un presentador de televisión, comediante, escritor, productor, músico y actor de voz estadounidense. Es principalmente reconocido por haber presentado el programa de conversación nocturno Late Night with Conan O'Brien en la cadena estadounidense NBC entre el 1 de junio de 2009 al 22 de enero de 2010.
  7. James Thomas Fallon, Jr., más conocido como Jimmy Fallon (Brooklyn, Nueva York, 19 de septiembre de 1974), es un humorista, presentador de televisión y actor estadounidense. Es el conductor del programa de televisión The Tonight Show Starring Jimmy Fallon, un talk show nocturno que se transmite de lunes a viernes en el canal NBC
  8. Georg Simmel (Berlín, 1 de marzo de 1858 – Estrasburgo, 28 de septiembre de 1918) fue un filósofo y sociólogo alemán. Simmel formó parte de la primera generación de sociólogos alemanes: su enfoque neo-kantiano sentó las bases para antipositivismo sociológico, a través de su pregunta "¿Qué es la sociedad?" en una alusión directa a la pregunta de Kant "¿Qué es la naturaleza?", y la presentación de análisis pioneros sobre la individualidad y fragmentación social. Para Simmel, la cultura se refería a "la cultivación de los individuos a través de la acción de las formas externas que han sido objetivadas en el curso de la historia". Simmel analiza los fenómenos sociales y culturales en términos de "formas" y "contenido" con una relación transitoria; desde el contenido, y viceversa, en función del contexto. En este sentido, fue un precursor del estilo estructuralista de razonamiento en las ciencias sociales. Con su trabajo en Metrópolis, Simmel se convirtió en precursor de la sociología urbana, el interaccionismo simbólico y análisis de redes sociales.
  9. Karl Marx, conocido también en castellano como Carlos Marx (Tréveris, Reino de Prusia, 5 de mayo de 1818-Londres, Reino Unido, 14 de marzo de 1883), fue un filósofo, intelectual y militante comunista alemán de origen judío. En su vasta e influyente obra  en los campos de la filosofía, la historia, la ciencia política, la sociología y la economía; aunque no limitó su trabajo solamente al área intelectual, pues además incursionó en el campo del periodismo y la política, proponiendo en su pensamiento la unión de la teoría y la práctica. Junto a Friedrich Engels, es el padre del socialismo científico, del comunismo moderno, del marxismo y del materialismo histórico. Sus escritos más conocidos son el Manifiesto del Partido Comunista (en coautoría con Engels) y El Capital.
  10. Maximilian Carl Emil Weber (Erfurt, 21 de abril de 1864-Múnich, 14 de junio de 1920) fue un filósofo, economista, jurista, historiador, politólogo y sociólogo alemán, considerado uno de los fundadores del estudio moderno de la sociología y la administración pública, con un marcado sentido antipositivista.
  11. Claudia Hammond es una autora británica, ocasional presentadora de televisión y presentadora de radio frecuente en BBC World Service y BBC Radio
  12. Errores de traducción históricos (I): El camello y la aguja, blog Ab Absurdum https://adadabsurdum.blogspot.com/2014/05/errores-de-traduccion-historicos-i-el.html
  13. George M. Foster (9 de octubre de 1913 – 18 de mayo de 2006) fue antropólogo en la Universidad de California, Berkeley, mejor conocido por sus contribuciones al estudio de las sociedades campesinas y como uno de los fundadores de la antropología médica.





Bibliografía:

María C. Iglesias, Julio R. Aramberri, Luis R. Zúñiga
Los Orígenes de la Teoría Sociológica
Akal Editores
Madrid 1989

George Ritzer
Teoría Sociológica Clásica
McGraw Hill
Madrid 2001

Max Weber
Ensayos sobre sociología de la Religión I
Taurus
Madrid 2001

Roberto Kroker y Fernando Múgica
Georg Simmel: Civilización y diferenciación social II
Cuadernos Anuario de Filosofía
Universidad de Navarra
Pamplona 2003

Claudia Hammond
La Psicología del Dinero
Ebook Taurus
Madrid 2016

Conrad Phillip Kottak
Antropología 
Una exploración de la diversidad humana
McGraw Hill
Madrid 1999