He estado tentado de no escribir
nada relacionado con el tercer aniversario de Sociología Divertida. Iba a
dejarlo pasar. El motivo no es otro que el temor a repetirme, a no decir nada
nuevo de lo que ya expresé en las dos ocasiones precedentes.
Ya en la “presentación” que hice
para el “estreno” y que está como opción en el menú de la página, describí las
razones que me llevaban, en aquel julio de 2011, a empezar con el blog.
Por un lado la necesidad de “comunicar” y, por otra, la no menor necesidad de
mostrar al que quisiera ser “comunicado” la dimensión amena y divertida de las
ciencias sociales.
Un año después en “El Año que vivimos peligrosamente” destacaba que la crisis económica, sin abandonar la
idea inicial de divulgar conceptos relacionados con las ciencias sociales,
había influido en los temas que había tratado y en mi posición personal con
respecto a las consecuencias de dicha crisis. Las ciencias sociales podían
facilitar la compresión de lo que ocurría a nuestro alrededor, podían
prepararnos para – al menos intelectualmente -, entender la crisis y tomar una
posición frente a ella. Hablaba de que igual que había una prima de riesgo que
nos traía por la calle de la amargura había otra prima de riesgo social que
había que empezar a tener en cuenta.
Un año después, en el segundo
aniversario escribí “La Vuelta a mi Mundo en 80 Artículos”. Además de volver a
comentar la idea de divulgar las ciencias sociales y de aplicar esas ideas a
explicar lo que está sucediendo en el mundo, reconocía que el blog había
adquirido vida propia, que no sabía qué dirigía a quién, si el blog a mí o
viceversa. Así habían surgido vivencias personales, biografías de familiares
que me habían precedido en esto del vivir. Y, sobre todo, que la actividad de
escribir y de comunicar se había vuelto imprescindible para mí, es decir, que
se trataba ya de un asunto personal.
Por tanto a la hora de considerar
si escribir una reseña sobre estos tres años era natural que pensara que poco
más de nuevo podía añadir a lo ya dicho, sin embargo, me dí cuenta de que
siempre había hablado de lo que había hecho hasta el momento en que redactaba y
no sobre el presente, y menos, sobre el futuro. Hoy, por tanto, quiero, en este
tercer aniversario, hablar sobre todo sobre el presente de Sociología Divertida
porque del futuro casi no me atrevo, más vale no invocar a los espíritus
burlones del futuro porque quién sabe cómo estaremos dentro de un año.
Actualmente vengo a publicar un artículo cada dos semanas, durante la primera semana preparo la bibliografía en la que me apoyo, los artículos que referencio y hago un mapa de lo que será el artículo, imagino de qué manera introducir los conceptos, normalmente busco algo claro o curioso o de impacto y, por último, cómo terminarlos, a veces volviendo al principio a veces con una traca final. Durante la segunda semana simplemente escribo. Manejo una cartera de cuatro o cinco temas que se me van ocurriendo en los lugares y momentos más imprevistos, para ello tengo mi cuadernillo de pensamientos siempre a mano en el que apuntar todas las ideas que se me ocurren. El lunes de la primera semana decido cuál será el tema del siguiente artículo.
Pero es que ahora Sociología Divertida ya
es algo más que el blog, está presente en las principales redes sociales. Es
una página en Facebook, y es un usuario y una página de Google+, en las que
todos los fines de semana programo anuncios para todos los días de la semana
siguiente con propuestas sobre Sociología Divertida.
Página de facebook de Sociología Divertida |
Sociología Divertida es también una
cuenta de Twitter que hace pocos días ha superado los 3.000 seguidores, en la
que pongo referencias, aparte de a artículos propios, a todo aquello que me
parece interesante y que encuentro por la red, artículos de sociólogos
reconocidos, noticias de la prensa internacional, tuits de instituciones
públicas y privadas relacionadas con las ciencias sociales y las aportaciones
más interesantes de otros locos de Internet como yo.
Me encanta Twitter, desde el ejercicio que supone limitar tus pensamientos a 140 caracteres al sistema de escucha que debes aplicar para entender lo que quieren los seguidores.
Últimamente me he aventurado a
escribir un microblog en Tumblr, es ésta una plataforma que me parece muy sugestiva
pues combina características de redes sociales con características relacionadas
con los blogs.
Le he dado el nombre de Micro Sociología
Divertida, no porque vaya a hacer microsociología sino por hacer un juego de
palabras entre el concepto de microblog y Sociología Divertida.
En Micro Sociología Divertida se combinan entradas hablando de cualquier cosa que me parece interesante con pequeños compendios en los que presento artículos de Sociología Divertida relacionados por alguna característica común. Al ser un microblog procuro no superar la longitud de un folio por cada entrada, algo que nunca consigo en el blog y por lo que soy muy criticado, y con razón, pero claro, si fuera más conciso dejaría de decir muchas cosas que quiero dejar meridianamente claras.
Entre mis proyectos más cercanos está unir más ambos blogs, no sé todavía muy bien cómo hacerlo pero tendrá que ser desde la plataforma de Blogger porque Tumblr no te proporciona muchos grados de libertad en ese sentido.
En cualquier caso, a pesar de que
muchas veces me entra el desánimo y me pregunto que para qué hago todo esto si
no obtengo ningún beneficio económico, seguiré llenando gran parte de mi tiempo
libre con este pequeño “holding” de
plataformas que me he creado. Supongo que mientras no me cueste dinero sólo
tiempo libre seguiré en la brecha.
Habito en Internet, pues tanto mi
actividad profesional como gran parte de mis aficiones están en ese mundo
paralelo. Qué lejos me resulta la primera vez que entré en la web, ya que antes
ya había entrado ocasionalmente en otros servicios de Internet. Corría 1996 y
entré una página de “Star Trek la Nueva Generación” armado con un módem de 9600
bits por segundo y una línea telefónica normalita de la red conmutada básica.
Fue una entrada precaria pero ya, modestamente, me dí cuenta de que nuestra
vida – la de todos - iba a cambiar y eso que todavía no había empezado a
estudiar sociología qué, como todo el mundo a estas alturas sabe, aumenta la
clarividencia.
Juan Carlos
Barajas Martínez
Sociólogo e informático