Esta pregunta, ¿qué es la
sociedad?, se la hicieron en 1987 a la
primera ministra del Reino Unido Margaret Thatcher (1) durante una entrevista que no debió
tener ningún desperdicio dado el carácter de la buena señora.
“¿La sociedad?, no existe tal cosa. Hay individuos, hombres y mujeres,
y hay familias.”
Lo curioso fue que durante el
resto de la entrevista Thatcher hizo hincapié en la importancia de las
obligaciones sociales recíprocas y de los vínculos entre las personas lo que
demostraría la existencia de la sociedad, ¿verdad?.
La respuesta es muy
representativa de cierto tipo de ideología neoliberal que anda campando por sus
respetos por este mundo nuestro y del sustrato de individualismo radical que
subyace en ella. Y también es representativa de cierta pobreza intelectual por
mucho genio político – como dicen sus exegetas – que fuera la “premier” conservadora británica.
Pero lo cierto es que no es fácil
dar una definición de lo que son las sociedades humanas, de hecho, muchos libros
de sociología se ponen a describir los tipos de sociedad o las estructuras
sociales sin definir claramente antes lo que es la sociedad, amparándose en que
todos tenemos una idea preconcebida de lo que significa. Lo que representa un
pequeño drama personal para los que estudiamos una ingeniería o una de las
llamadas “ciencias duras” antes de ponerse a estudiar sociología y que estamos
acostumbrados a que se nos defina todo antes de empezar a hablar con detalle de
algo.
Y no es fácil definir este
concepto por varias razones. En primer lugar porque existe una idea intuitiva
de lo que es la sociedad. Para mí no hay definición más difícil que la que
explica algo evidente o casi evidente o, como en este caso, algo que parece
evidente y que luego no lo es tanto. Y en segundo lugar porque, dejando aparte
intuiciones, el concepto es muy complejo, como dejé escrito en el artículo
sobre instituciones
sociales, es un concepto poliédrico (2), con múltiples caras y aristas, que presenta
formas diferentes según el punto de vista desde el que se observe.
Si vemos a la sociedad desde un
punto de vista intuitivo podríamos acudir a la definición del Diccionario de la
Real Academia (3),
que por vocación se ve en la obligación de definir todo vocablo. El diccionario
define a la sociedad como la reunión
mayor o menor de personas, familias, pueblos o naciones. Y como esto no
fuera suficiente, añade una segunda acepción que es menos intuitiva, agrupación natural o pactada de personas que
constituyen una unidad distinta de cada uno de sus individuos, con el fin de
cumplir, mediante la cooperación, todos o algunos de los fines de la vida.
Ya podemos observar varias
características del concepto de sociedad. Por un lado es una agrupación de
personas que puede observarse desde toda una escala de tamaños: familias,
pueblos, naciones. Y es cierto porque sin duda podemos hablar de una sociedad
madrileña o española o de una alta sociedad o de una sociedad marginal.
Por otra parte, si atendemos a la
segunda acepción del diccionario, podemos ver a la sociedad como una agrupación
natural, dada la naturaleza social del ser humano, que cumple una serie de
finalidades o funciones necesarias para la vida.
Pero seguimos sin completar el
poliedro, falta por ejemplo, que las sociedades varían con el tiempo y que han
dado lugar a diversos tipos o modelos que se resisten a desaparecer del todo de
los libros de historia, o cómo se relacionan los distintos elementos que la
conforman, o cuáles son las estructuras genéricas presentes en todas las
sociedades, o qué relación hay entre la psicología del individuo y las
relaciones sociales. No, no es sencilla una definición y comprendo la tentación
de ir directamente a la descripción sin pasar por la casilla de salida.
El concepto de sociedad, como no
podía ser de otro modo, ha sido el protagonista de la teoría sociológica y
sujeto de discusión continua dentro de su ámbito. La idea de sociedad como un término de uso
generalizado para describir las relaciones sociales es relativamente nueva y
apareció cuando apareció la sociología,
durante período transición entre la sociedad preindustrial y la sociedad
industrial.
Si nos vamos a los clásicos
griegos y a otros filósofos pre modernos encontraremos una confusión entre el
concepto de sociedad y el concepto de organización política o Estado,
haciéndolos indistinguibles. Sólo muy al final del siglo XVII empezamos a
encontrar autores que empiezan a relacionar el término sociedad como un
conjunto de relaciones sociales que incluyen al Estado pero que no terminan en
éste.
A medida que la sociedad se iba
haciendo más compleja, debido al paso de la sociedad preindustrial a la
industrial, iba siendo cada vez más evidente que existía un campo o ámbito de
relaciones obligatorias y voluntarias que protagonizaban las personas
independientemente del Estado. Se empezaba a distinguir entre la sociedad civil
y la sociedad política en un equilibrio constante de intereses individuales y
colectivos.
Los primeros sociólogos y, sobre
todo Durkeim (4),
vieron a la sociedad como un todo orgánico, como un organismo vivo que se compone de
distintos órganos o estructuras o subsistemas cada uno de ellos con una función
o funciones necesarias para que el organismo social pueda vivir. La sociedad,
en este enfoque, sería un sistema complejo cuyas partes “encajan” entre sí
produciendo un equilibrio o estabilidad social. Este esquema fue heredado y
ampliado por el movimiento funcionalista.
Para la corriente principal del
funcionalismo (5)
nuestras vidas están orientadas según la dirección que marcan ciertas
estructuras sociales, entendiéndose por éstas pautas relativamente estables de
relaciones sociales, por ejemplo, las relaciones familiares, las conductas
ritualizadas, y otras, que implican comportamientos relativamente estables y
predecibles. Así para Talcott Parsons (6), el máximo representante de este paradigma, la
sociedad tiende al equilibrio y a la estabilidad. Pero para que puedan
permanecer en el tiempo, las sociedades deben cumplir una serie de requisitos
que denominó prerrequisitos funcionales como la adaptación al entorno, la
satisfacción de los objetivos o la cohesión social entre otros.
Esta aproximación funcionalista
al concepto de sociedad ha sido criticada al menos desde dos perspectivas,
desde las teorías críticas y desde las teorías de la interacción social.
En el marxismo (7) y en otras teorías
críticas o, como también se las conoce, en la sociología del conflicto, se hace hincapié en el concepto de sociedad como
un campo de juego o un “ring” en el que se dirimen los conflictos entre los
distintos grupos sociales. En este paradigma se agrupan las teorías
sociológicas que analizan a la sociedad desde el punto de vista de la desigualdad,
la explotación, el conflicto y el cambio social. Se resaltan las relaciones de
dominación que enfrentan a las diferentes categorías de personas y, en el
ámbito internacional, a los conflictos entre distintas sociedades que compiten
entre sí. Se analizan también las estrategias que emplean los dominadores para
mantener su posición y de los dominados para intentar mejorar su situación.
Las teorías de la interacción social
con autores como Simmel (8),
Mead (9), Garfinkel
(10) o Goffman (11) ven a la sociedad
como una agregación de interacciones entre personas en vez de una entidad sui
generis. Dentro de esta visión microsociológica de la sociedad destaca un
enfoque denominado, el Interaccionismo Simbólico (12), cuyo máximo exponente es el filósofo
norteamericano George Herbert Mead. Las reflexiones de Mead se centraron en
explicar cómo las personas van construyendo su propia identidad y definiéndose
a sí mismas a través de sus experiencias sociales. Para este enfoque la
sociedad es el resultado de las interacciones cotidianas de las personas, que
van dotando de significado al mundo social que les rodea.
Así que, como hemos visto en esta
rápida revisión de la historia de la teoría sociológica, cómo comprender la
sociedad, si como un todo orgánico o como un espacio de conflicto o como un
agregado de todas las interacciones sociales ha sido el debate central de la
sociología.
Y a estas alturas, casi
doscientos años después del comienzo de algo que se podría llamar como
sociología, se puede decir que el término “sociedad” se refiere a varias cosas
al mismo tiempo.
Se refiere a todas las formas de comunicación mutua e
intersubjetiva entre las personas, en la
que las percepciones y el comportamiento de los actores están orientados a las
percepciones y comportamientos de los demás. Y los “demás” están constituidos
por “otros” específicos - como la familia, socios, colegas, amigos, rivales,
enemigos, y las figuras de autoridad - o pueden ser “otros” generalizados que
toman forma a partir de las experiencias, internalizadas por el sujeto, al
enfrentarse diariamente con las prácticas culturales, morales, de orden
práctico y comunicativas.
Estas redes intersubjetivas
pueden existir en una multiplicidad de niveles - personal e impersonal, local y
global, dentro de las regiones, naciones, y a través de las fronteras. Existen a través de un continuo desde las
relaciones informales, muchas veces voluntarias - como la amistad-, pasando por
las interacciones institucionales formales y, muchas veces obligatorias - por ejemplo, en los lugares de trabajo o en
las relaciones con la administración pública -, hasta las que son muy
coercitivas, como las que se dan en las prisiones. Relaciones que van desde de
los encuentros fugaces hasta las relaciones para toda la vida.
Todas estas relaciones pueden ser
muy personales e influenciadas por las características particulares de los
demás y estar insertas en el dominio de lo afectivo o por encuentros muy impersonales y formales,
como un intercambio de dinero o llamar a un centro de llamadas para avisar de
una avería, que estarían en el dominio de lo puramente instrumental.
La '' Sociedad '', por lo tanto,
se refiere a los patrones complejos de las relaciones sociales que se mantendrán
a través del tiempo y el espacio pero que, por supuesto, están sujetos a
cambios. Existe como decía Comte (13), una dinámica social de manera que entre dos
momentos distintos en el tiempo se pueden establecer múltiples diferencias,
baste pensar en la evolución de las relaciones entre padres e hijos o entre los
cónyuges en las últimas décadas.
Y dentro de estos patrones o
estructuras sociales podemos distinguir las clases
u otras formas de estratificación
social, los grupos
y redes sociales, los roles
sociales, o las instituciones
sociales.
La “sociedad '' también se
refiere a las estructuras latentes lingüísticas, culturales y a las reglas
normativas que están presentes en cualquier interacción real. Y, cómo no, a los
sistemas de poder y a las relaciones dominación también presentes dentro de
estas estructuras.
Y el caso es que todo este
espacio de relaciones que es la sociedad se las apaña, como poliedro que es,
para dar distintas vistas según el observador
y la posición que ocupa en el espacio como ocurre con la figura
geométrica que se compone de caras de diferentes números de lados. No es
extraño, por tanto, que se pueda fijar el foco en los grupos de relaciones que
cumplen una función social y extraer una visión sistémica y funcional de la
sociedad. Tampoco es difícil poner la atención en las relaciones que provocan
conflictos de intereses entre grupos sociales. O fijar el objeto de estudio en
el individuo y observar cómo percibe el entorno social que le rodea. Vamos, que
no es casualidad que haya surgido el funcionalismo, ni la sociología del
conflicto ni las teorías que se basan en la interacción social y, a mí que soy
persona a la que le gustan los saberes acumulativos, comparto gran parte de los
enunciados de todas estas teorías y no las quiero ver como opuestas sino como
parcialmente coincidentes.
Juan Carlos Barajas Martínez
Notas:
1.
Margaret Hilda Thatcher,
baronesa Thatcher de Kesteven, (de soltera Roberts; Grantham, 13 de octubre de
1925 - Londres, 8 de abril de 20132 ) fue una política británica que ejerció
como primera ministra del Reino Unido desde 1979 a 1990, siendo la persona en
ese cargo por mayor tiempo durante el siglo XX y la única mujer que ha ocupado
este puesto en su país. Su firmeza para dirigir los asuntos de Estado, su
estricto dominio sobre los ministros de su gabinete y su fuerte política
monetarista le valieron el sobrenombre de «La Dama de Hierro». Como jefa de
gobierno su llegada al poder supuso una completa transformación del Reino Unido
al apoyar la privatización de empresas estatales; de la educación y de los
medios de ayuda social. Sus políticas conservadoras llegaron a ser conocidas
como thatcherismo.
2.
Un poliedro es, en el sentido
dado por la geometría clásica al término, un cuerpo geométrico cuyas caras son
planas y encierran un volumen finito. Ejemplo de poliedro con caras de
diferentes número de lados:
3.
La Real Academia
Española, también conocida por sus siglas RAE, es una institución cultural
con sede en Madrid, capital de España. Junto con otras veintiuna academias
correspondientes a sendos países donde se habla español, conforman la
Asociación de Academias de la Lengua Española. Se dedica a la regularización lingüística
mediante la promulgación de normativas dirigidas a fomentar la unidad
idiomática dentro y entre los diversos territorios.
4.
Émile Durkheim
(Épinal, Francia, 15 de abril 1858 – París, 15 de noviembre 1917) fue un
sociólogo francés. Estableció formalmente la disciplina académica y se le considera uno de los padres fundadores de
dicha ciencia. Durkheim creó el primer departamento de sociología en la
Universidad de Burdeos en 1895, publicando Las reglas del método sociológico.
En 1896 creó la primera revista dedicada a la sociología, “L'Année Sociologique”. Su influyente monografía, El suicidio
(1897), un estudio de los tipos de suicidios de acuerdo a las causas que lo
generan, fue pionera en la investigación social y sirvió para distinguir la
ciencia social de la psicología y la filosofía política. En su obra clásica,
Las formas elementales de la vida religiosa (1912), comparó la dimensión
sociocultural de las vidas de las sociedades aborígenes y modernas, con lo que
ganó aún más reputación.
5.
El estructural-funcionalismo
(también llamado funcionalismo estructural, funcionalismo o estructuralismo) es
un marco de construcción teórica que ve a la sociedad como un sistema complejo
cuyas partes trabajan juntas para promover la solidaridad y la estabilidad. Se
entiende como el estudio de una sociedad social conocida como estructura o
sistema social. Este enfoque ve la sociedad desde una orientación de nivel
macro, que es un enfoque amplio en las estructuras sociales que conforman la
sociedad en su conjunto, y cree que la sociedad ha evolucionado, al igual que
los organismos.
6.
Talcott Parsons (13 de
diciembre de 1902 – 8 de mayo de 1979) fue un sociólogo estadounidense. Cursó
estudios en el Amherst College, la London School of Economics y la Universidad
de Heidelberg (Alemania). Dio clases de sociología en la Universidad Harvard de
1927 hasta 1974 como director del Departamento de Sociología de dicha
universidad (1944). Más tarde fue nombrado presidente del nuevo Departamento de
Relaciones Sociales en 1946 y posteriormente presidente de la American
Sociological Association en 1949. Es uno de los mayores exponentes del
funcionalismo estructural en Sociología. Dicha teoría social sostiene que las
sociedades tienden hacia la autorregulación, así como a la interconexión de sus
diversos elementos (valores, metas, funciones, etc.). La autosuficiencia de una
sociedad está determinada por necesidades básicas, entre las que se incluían la
preservación del orden social, el abastecimiento de bienes y servicios, la
educación como socialización y la protección de la infancia.
7.
El marxismo es el conjunto de
movimientos políticos, sociales, económicos y filosóficos derivados de la obra
de Karl Marx, economista, filósofo y periodista revolucionario alemán de origen
judío, quien contribuyó en campos como la sociología, la economía, el derecho y
la historia, y de su allegado Friedrich Engels, quien le ayudó en muchas de sus
teorías.
8.
Georg Simmel (Berlín, 1 de
marzo de 1858 – Estrasburgo, 28 de septiembre de 1918) fue un filósofo y
sociólogo alemán. Simmel formó parte de la primera generación de sociólogos
alemanes: su enfoque neo-kantiano sentó las bases para antipositivismo
sociológico, a través de su pregunta "¿Qué es la sociedad?" en una
alusión directa a la pregunta de Kant "¿Qué es la naturaleza?", y la
presentación de análisis pioneros sobre la individualidad y fragmentación
social. Para Simmel, la cultura se refería a "la cultivación de los
individuos a través de la acción de las formas externas que han sido
objetivadas en el curso de la historia". Simmel analiza los fenómenos
sociales y culturales en términos de "formas" y "contenido"
con una relación transitoria; desde el contenido, y viceversa, en función del
contexto. En este sentido, fue un precursor del estilo estructuralista de
razonamiento en las ciencias sociales. Con su trabajo en Metrópolis, Simmel se
convirtió en precursor de la sociología urbana, el interaccionismo simbólico y
análisis de redes sociales.
9.
George H. Mead (27 de
febrero de 1863 - 26 de abril de 1931), filósofo pragmático, sociólogo y
psicólogo social estadounidense. Teórico del primer conductismo social, también
llamado interaccionismo simbólico en el ámbito de la ciencia de la
comunicación. Nació en South Hadley, Massachusetts. Cursó estudios en varias
universidades de Estados Unidos y Europa e impartió clases en la Universidad de
Chicago desde 1894 hasta su muerte. Con influencias de la teoría evolutiva y la
naturaleza social de la experiencia y de la conducta, recalcó la emersión del
yo y de la mente dentro del orden social y en el marco del simbolismo
lingüístico que usan las personas para comunicarse (interaccionismo simbólico).
10.
Harold Garfinkel
(Newark, Nueva Jersey, 1917- 2011) era un Profesor emérito de sociología en la
Universidad de California, Los Ángeles. Garfinkel es uno de los promotores
clave de la tradición fenomenológica en la sociología estadounidense.
11.
Erving Goffman (11 de
junio de 1922, Mannville, Alberta, Canadá - 19 de noviembre de 1982,
Filadelfia, Pensilvania, Estados Unidos) fue un sociólogo y escritor
considerado como el padre de la microsociología. Estudió las unidades mínimas
de interacción entre las personas centrándose siempre en grupos reducidos,
diferenciándose así de la mayoría de estudios sociológicos que se habían hecho
hasta el momento, siempre a gran escala.
12.
El Interaccionismo
simbólico es una de las corrientes de pensamiento microsociológica,
relacionada también con la antropología y la psicología social, que se basa en
la comprensión de la sociedad a través de la comunicación y que ha influido
enormemente en los estudios sobre los medios. El Interaccionismo simbólico se
sitúa dentro del paradigma interpretativo. Éste, analiza el sentido de la
acción social desde la perspectiva de los participantes. Este paradigma concibe
a la comunicación como una producción de sentido dentro de un universo
simbólico determinado.
13.
Auguste Comte, cuyo
nombre completo Isidore Marie Auguste François Xavier Comte (Montpellier,
Francia, 19 de enero de 1798-París, 5 de septiembre de 1857), es considerado el
creador del positivismo y de la sociología, aunque hay sociólogos que solo le
atribuyen haberle puesto el nombre.
Bibliografía
Larry Ray
Society
Artículo dentro de Encyclopedia of Sociology
Coordinada por George Ritzer
Blackwell
Londres 2010
José Felix Tezanos
La Explicación Sociológica
Una Introducción a la Sociología
2ª Edición 4ª Rempresión
UNED
Madrid 1998
Juan Carlos Barajas Martínez
2005-2014