No tengo mucha experiencia en esto de los
congresos de ciencias sociales – soy un converso reciente o tardío según se
mire - apenas puedo presumir de mi participación en una mesa redonda en el
Congreso Español de Sociología de Gijón (1) y de mi
reciente asistencia al primer Congreso Internacional del Instituto Complutense
de Ciencia de la Administración, ICCA (2).
Y, al carecer de experiencia, mis ojos son
inocentes y susceptibles todavía de asombrarse, de observar sin perder detalle.
Supongo que como los de los estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociología de la Complutense que asistieron a las sesiones. He de decir que
ellos fueron lo que primero me sorprendió.
Estoy llegando a una edad en que ver a los
jóvenes me sorprende, me rejuvenece y me da envidia, esa envidia - absurda por
imposible - que las gentes que nos encontramos a un tiro de piedra de la vejez solemos
expresar como que nos gustaría volver a esa edad sin renunciar a la experiencia
acumulada. Los estudiantes me sorprendieron por su actitud, por sus
intervenciones y preguntas y porque había de muchas nacionalidades distintas,
lejos del aspecto monocromático que presentaba mi generación en mis tiempos estudiantiles.
La propia mecánica del congreso me
sorprendió. Se formaron cuatro mesas, cada una con una temática distinta,
dirigida por un profesor de renombre (3). Cada ponencia – normalmente presentada por un profesor o un
investigador – tenía un turno para su presentación, normalmente a golpe de PowerPoint, para después ser revisada, a
veces con críticas profundas, por un comentarista o discussant, que era otro profesor o un experto reconocido. Luego
quedaba una discusión breve en el que el ponente se defendía y el comentarista
matizaba. Lo que realmente me asombró – proviniendo de un mundo en el que la
crítica se suele tomar como un ataque personal – cómo los ponentes aceptaban
los comentarios y estaban abiertos a discutir sobre su ponencia en público, a
pesar de los meses de trabajo que sin duda habían empleado. ¡Qué lejos del
ordeno y mando de las organizaciones burocráticas, a una de las cuales, por mis
pecados, tengo el dudoso honor de pertenecer!.
Fueron muchos los trabajos que se presentaron
y todos muy interesantes, desgraciadamente no puedo citarlos todos pues me
extendería demasiado, así que tan sólo comentaré los más próximos a mis
intereses personales. Ni que decir tiene que no tienen por qué ser los mejores,
yo no soy quien para juzgar.
Así, son de destacar el trabajo de Óliver
Soto en el que nos presentó una clasificación de los regímenes políticos basada
en dos variables: el nº de actores que toman decisiones y el tipo de
legitimidad recurriendo un continuo muy weberiano entre autoridad tradicional y
autoridad legal-racional (4).
O el trabajo de Carlos Fernández (5) sobre las reformas electorales en el ámbito autonómico y el
desbloqueo de las listas, con especial énfasis en el caso de la reforma de la
ley electoral en el Principado de Asturias. O, por último, el muy documentado trabajo
de Vanesa Antolín sobre la evolución del gasto público en España en el que te
llevas la sorpresa de que no existen grandes diferencias en el gasto entre los
diversos gobiernos del Partido Popular y el Partido Socialista que se han
venido sucediendo. Las hay, con un mayor gasto en educación y sanidad de los
socialistas, pero no son grandes (6).
Pero fueron las ponencias relacionadas con la
función pública, que se presentaron en
la mesa dirigida por el Profesor Jorge Crespo, las que por proximidad – dada mi
condición de funcionario del Estado – me provocaron un mayor interés personal.
La ponencia de la profesora Josefa Cantero (7) me llevo a terrenos
muy conocidos. Para la profesora Cantero la noción de cuerpo de funcionarios
está en nuestro ADN administrativo desde el desarrollo de los primeros cuerpos
en el siglo XIX. El corporativismo es un fenómeno social complejo pues el
cuerpo es un grupo social y a la vez un grupo de presión política. Yo añadiría
que, sobre todo, lo son los cuerpos superiores que ocupan los puestos más altos
de la estructura administrativa.
Como un intento de quitar poder a los cuerpos
se establecieron disposiciones jurídicas que en opinión de la profesora Cantero
han creado problemas adicionales. Las medidas anticorporativas fueron la implantación
del puesto de trabajo y el principio de adscripción indistinta, es decir, la no
existencia de puestos de trabajo reservados para un cuerpo determinado salvo
situaciones especiales. Esto ha traído – según la profesora Cantero – un
problema importante de desaprovechamiento de las capacidades y experiencia de
los funcionarios.
Esto se ha pretendido corregir en el nuevo
marco jurídico del Estatuto Básico de Empleado Público en que, por primera vez,
se trata de dar contenido al puesto de trabajo, se establece la posibilidad de
agrupar los puestos para organizar la carrera administrativa, se permite
establecer un itinerario de carrera y se crea la posibilidad de crear puestos
polivalentes.
Muy interesantes para mí fueron, también por
razones de proximidad, las ponencias de Pedro Colmenares (8) y del profesor César
Polo (9) que, por
mor del poco tiempo que quedaba para terminar la sesión - circulaba por el ambiente la amenaza de que
iban a cerrar la Facultad con nosotros dentro - acabaron dirigiendo su
exposición a la figura del directivo público.
Colmenares pertenece a un grupo de
funcionarios que se están planteando - mediante estudios, investigaciones y
debates - cómo mejorar la función pública mejorando el sistema de acceso a la
misma – atrayendo y captando a los mejores aspirantes -, el sistema de carrera
– estimulando y fidelizando a los funcionarios - y definiendo, de una vez por
todas, la figura del directivo público.
Porque tanto el profesor Polo como Colmenares
hablaron de esta figura que, pese a estar recogida en la ley desde hace tiempo,
no se ha desarrollado jurídicamente. A este respecto se destacó que dicho
desarrollo ha de estar vertebrado sobre la profesionalidad de los futuros
directivos, su selección a cargo de un órgano independiente y la garantía de
imparcialidad en relación con el poder político.
El acto de clausura vino de la mano de las
profesoras Blanca Olías de Lima y Gema Pastor, exdirectora y directora actual
del ICCA, y del profesor italiano Luciano Vandelli. Éste último es todo un
personaje. Profesor de Derecho Administrativo en la Universidad de Bolonia,
poliglota, autor de numerosos libros, asesor de gobiernos regionales, miembro
del consejo de treinta sabios que Giorgo Napolitano (10) convocó para la redacción del proyecto
de reforma de la constitución italiana, según alguien me dijo, “es como un García de Enterría (11)
a la italiana”, no sólo por su
notoriedad internacional sino que también por su línea de pensamiento.
Quiso el azar que nos sentáramos juntos los
dos días de sesiones. Parecía el típico sabio despistado que no se entera de
nada, que iba a lo suyo manejando un motón de papeles que subrayaba e
identificaba con claves que yo interpreté como referencias a párrafos de otros
informes. A veces, cuando el debate tocaba un tema que le debía interesar
especialmente o sonaba la palabra “Italia”,
levantaba la cabeza y no perdía detalle. De vez en cuando me preguntaba, “¿qué ha dicho?”, pero me parece que era
más un problema de oído que de comprensión del idioma.
Su discurso, expresado con locuacidad
parsimoniosa y con claridad meridiana, comenzó con una reflexión sobre el
planteamiento y el desarrollo del congreso, lo que me hizo constatar que había
estado muy pendiente de las ponencias, mucho más de lo que yo le había
atribuido. Y continuó con un viaje a lo largo de los últimos cuarenta o
cincuenta años sobrevolando lo que ha sido el gobierno en los países
occidentales. Sobre el surgimiento de los gobiernos multinivel, el impacto de la
revolución conservadora de Reagan y Tatcher, los vientos de la Nueva Gestión
Pública, el concepto de gobernanza, la transparencia pública y el último de los
problemas que nos aqueja, la desafección de la ciudadanía ante el gobierno y la
política que está produciendo monstruos – la palabra es mía – al estilo de
Donald Trump. Fue un auténtico placer escucharle.
Ya en el turno de preguntas, alguien le
preguntó algo en lo que curiosamente estaba yo pensando en ese momento, le
preguntaron sobre si su discurso no era esencialmente optimista. El profesor
Vandelli anduvo contestando las cuestiones planteadas y, cuando ya parecía que
se iba a comer la pregunta sobre el optimismo, volvió la cabeza a su
interrogador y le dijo algo así como: “y
yo soy como Gramsci (12)
cuando decía: Yo soy pesimista de la razón y optimista de la voluntad”. La
verdad es que fue un gran momento.
Hubo otro momento la tarde anterior que me
quedará marcado y que no puedo dejar de comentar antes de terminar, porque me
pareció una mezcla de generosidad y elegancia. Una ponente, muy preparada pero
muy nerviosa, quedó completa y notoriamente bloqueada durante su discurso, le
llevó bastante tiempo recomponerse – realmente fueron unos segundos que se
hicieron en nuestro ánimo horas - lo que hizo de la situación entre chocante y
desesperada, al final, para alivio de todos, siguió como pudo y terminó su
ponencia. La comentarista, una representante de la Federación Española de
Municipios y Provincias, la animó, le dijo que ella también se ponía nerviosa cuando
trataba un tema tan complicado e importante como el que se estaba tratando y
que, dada la preparación técnica de la ponente, la federación a la que
pertenece, haría bien en contratarla. Ahí es nada el capote que le echó la señora.
Así que en aquellos días de congreso tuvimos
de todo, se habló de ciencia de la administración, de ciencia política, de
sociología, hubo debate de altura, se trataron temas que preocupan al
ciudadano, se habló en definitiva de la vida pública, de la vida en sociedad,
tuvimos incluso drama, con una dama en apuros y un caballero que salió a su
defensa que resultó ser otra dama, en efecto, tuvimos de todo.
Cuando volvía en coche a casa, ensimismado
mientras conducía, pensé que en cierto modo había sido un teatro, el gran
teatro de mundo, incluso tuvo un poco de auto sacramental calderoniano (13), pero me dije
pensándolo mejor que, con la presencia del profesor Vandelli había sido más
algo al estilo de la “Commedia dell’Arte”(14) … en Somosaguas.
Juan Carlos Barajas Martínez
Sociólogo
Miembro del ICCA
Notas:
- Tuve la ocasión de participar en Encuentro sobre Blogs de Sociología, el pasado 30 junio de 2016. Evento que coordinó Roberto Barbeito de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y Miembro del Comité Ejecutivo de la FES, aparte de mí que participé por el Blog Sociología Divertida, asistieron: Mariano Fernández Enguita Universidad Complutense de Madrid (UCM), Blog Cuaderno de Campo, Imanol Zubero Universidad del País Vasco (UPV-UHU), Presidente de la Asociación Vasca de Sociología y Ciencia Política, BlogOficio de Sociólogo y Julián Cárdenas de la Freie Universität Berlin, blog Networkianos.
- Para más información acerca del I Congreso del ICCA: http://www.ucm.es/icca/congresos
- Se constituyeron cuatro mesas. Mesa 1: Disyuntivas de los gobiernos y ajustes institucionales para mejorar la calidad democrática, coordinada por la Dra. Consuelo Laiz. Mesa 2: Crisis y reinvención de las administraciones públicas, coordinada por el Dr. José Manuel Ruano (UCM). Mesa 3: Función pública en estados complejos en crisis. Análisis y propuestas de futuro, Dr. Jorge Crespo (UCM). Mesa 4: Nuevos enfoques de política pública y la innovación en los servicios públicos, coordinada por el Dr. Ernesto Carrillo. Para más información: http://www.ucm.es/icca/mesas-de-trabajo
- El trabajo de Óliver Soto (UCM) era “Rendición de cuentas y legitimidad: hacia una nueva propuesta de tipología de los sistemas políticos autocráticos y democráticos. Más información en el programa del congreso: http://www.ucm.es/icca/programa
- El trabajo de Carlos Fernández Esquer (Universidad Autónoma de Madrid) era: “Las reformas electorales a nivel autonómico y el desbloqueo de las listas, ¿regeneración democrática o espejismo institucionalista?. Más información en el programa del congreso: http://www.ucm.es/icca/programa
- El trabajo de Vanesa Antolín y Benito Cárcar (UNED) era: Evolución y análisis de las partidas de gasto público en España, período 1995-2015. Más información en el programa del congreso: http://www.ucm.es/icca/programa
- La ponencia de Josefa Cantero de la Universidad de Castilla La Mancha versó: sobre la necesidad de avanzar hacia una concepción técnica y más moderna de los cuerpos de funcionarios, una exigencia para la eficacia de la Administración. Más información en el programa del congreso: http://www.ucm.es/icca/programa
- Pedro Colmenares y Clara Mapelli (Instituto Nacional de Administración Pública), su trabajo era: Una forma de concebir la función pública. Más información en el programa del congreso: http://www.ucm.es/icca/programa
- El trabajo del Profesor César Polo (UCM, ICCA) era: Directivos Públicos: ¿quiénes son?¿qué hacen?¿qué perfiles profesionales presentan?. Más información en el programa del congreso: http://www.ucm.es/icca/programa
- Giorgio Napolitano (Nápoles, Italia, 29 de junio de 1925) es un político italiano, Presidente de la República Italiana entre 2006 y 2015, y también el primero y único en ser reelegido para el cargo, por lo que es hasta el momento el presidente más longevo de la historia de Italia. Debido a su dilatada carrera en la primera línea de la política italiana, es a menudo apodado por sus críticos como Re Giorgio, «Rey Giorgio».
- Eduardo García de Enterría yMartínez-Carande (Ramales de la Victoria, Cantabria, 27 de abril de 1923 - Madrid, 16 de septiembre de 2013) fue uno de los juristas españoles más notables del siglo XX, es un punto de referencia indispensable en la elaboración de doctrina e investigación sobre Derecho Público en España.
- Antonio Gramsci (Ales, Cerdeña, 22 de enero de 1891 - Roma, 27 de abril de 1937) fue un filósofo, teórico marxista, político y periodista italiano. Escribió sobre teoría política, sociología, antropología y lingüística. Fue uno de los fundadores del Partido Comunista Italiano
- El gran teatro del mundo es una obra de teatro del dramaturgo español del siglo XVII Pedro Calderón de la Barca. Pertenece al género del auto sacramental. Fue publicado por primera vez en 1655 y escrito probablemente en la década de 1630.1 Es el auto sacramental más famoso de Calderón.
- La comedia del arte (Commedia dell'Arte) o comedia del arte italiana es un tipo de teatro popular nacido a mediados del siglo XVI en Italia y conservado hasta comienzos del siglo XIX.
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