…Seguimos
En la primera parte de este
artículo - en el que dimos una definición de cultura, vimos los rasgos comunes
a todas las culturas y repasamos la diversidad cultural - pusimos un
“continuará” y ahora seguimos donde lo
dejamos y empezaremos por el etnocentrismo y el relativismo cultural.
¿El que el norte esté siempre arriba es una cuestión de
etnocentrismo?
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Etnocentrismo y relativismo cultural
Hemos visto cómo hay tantas
culturas como sociedades humanas, que podemos estructurar el análisis de esas
culturas en distintos niveles, hemos comprobado que se puede hablar de cultura
internacional o nacional, que se puede afirmar la existencia en el mundo actual
de una cultura global e, incluso dentro de una misma sociedad, podemos analizar
las diversas subculturas que la integran.
Por otra parte hemos visto
también que las culturas configuran una cierta manera de pensar, constituyen
una manera determinada de ver el mundo, una ideología entendida – no como una
forma de hacer política – sino como la contemplación de lo que nos rodea,
una cosmovisión si se quiere.
De ambas características, de la
diversidad cultural y de la cultura como visión del mundo, surge inevitable el etnocentrismo, es decir, el hábito de
juzgar a otra cultura con los parámetros de la propia.
El etnocentrismo es una
disposición natural y, por tanto, inevitable y universal que resulta de la
vinculación emocional que todos tenemos a la cultura en la que nos hemos
educado. Es tan universal que cuando lo ejerce un francés lo llamamos chovinismo
(12), si nos referimos a esta actitud en un occidental lo solemos llamar
eurocentrismo, hace poco he leído por ahí acerca del afrocentrismo, los chinos
padecen de sinocentrismo y se refieren a china como el “reino central”,
situando a su sociedad en el centro del mundo, tal y como hacemos los europeos
para los que los chinos están en el lejano oriente, y hay quien utiliza el
término “usacentrismo” para referirse a ese afán de los norteamericanos por
considerar que el mundo es simplemente una extensión de su país que les lleva a
llamar series mundiales a la liga de béisbol que sólo juegan sus equipos.
El etnocentrismo puede dar lugar
a malentendidos e, incluso, a conflictos. Todos estamos tocados por nuestra
cultura madre, lo importante es que no nos salgamos de madre, no llegar nunca a
niveles patológicos, a fanatismos. Un buen antídoto contra el etnocentrismo
enfermizo es el relativismo cultural que,
al contrario de lo que pasa con el etnocentrismo no es una disposición natural
sino un ejercicio intelectual consciente.
El relativismo cultural es la
disposición a juzgar una cultura desde sí misma. Por supuesto, hacer esto no es
nada fácil, ya hemos dicho que no es natural, requiere conocer y entender las
normas y valores de la otra sociedad, requiere también reprimir la tendencia a
seguir estereotiposy prejuicios, así como, las
valoraciones apresuradas y justicieras que solemos hacer cuando juzgamos a las
otras sociedades desde las normas y valores de la nuestra.
Pero el mundo se nos ha hecho
pequeño, cada vez hay más contactos entre personas de culturas distintas. Este
acercamiento por un lado hace que sea cada vez más necesaria ciertas dosis de
relativismo cultural y, por otro lado, con el conocimiento del otro se facilita
la tarea de comprender el comportamiento de las personas de otras culturas.
No he podido resistir la tentación de colocar esta viñeta. A menudo somos poco respetuosos con las creencias ajenas |
Una última cuestión importante en
relación con el relativismo cultural es plantearse cuáles son sus límites, ¿hemos de
tragar con toda clase de conductas porque se basen en normas de otra cultura?. Bien, yo creo que el relativismo cultural es
un proceso racional, por consiguiente, hemos de aproximarnos a otros estilos de
vida sin prejuzgarlos realizando un análisis detallado de causas, efectos y del
medio ambiente en que se producen, pero esto no significa que toda conducta sea
válida o correcta. No tenemos porque aceptar el trabajo infantil o ciertas
visiones de la condición femenina por poner dos ejemplos, aunque los
antropólogos se encuentran con cosas peores todavía en sus trabajos de campo.
Existen límites.
Universalidad, generalidad y particularidad
Venimos manejando el concepto de
la diversidad humana representado en el hecho de la cantidad inmensa de
culturas que pueblan la Tierra, pero estamos perdiendo de vista que todas estas
sociedades tienen el común denominador de que todas tienen precisamente una
cultura social.
La antropología asume que existe
la llamada igualdad biopsicológica
entre los grupos humanos que viene a
decir que aunque los individuos difieren en tendencias y capacidades, todas las
poblaciones humanas tienen capacidades equivalentes para la cultura. Todos
somos capaces de aprender una tradición cultural.
Esto se produce porque ciertos
rasgos biológicos, psicológicos, sociales y culturales son universales, compartidos por todos los seres humanos en todas las
culturas. Ejemplos de universales de base biológica incluyen el largo período
de dependencia infantil o la sexualidad durante todo el año, el ser humano no
tiene períodos de celo. Universal de base psicológica es la interacción con los
padres, que es vital para el desarrollo de las personas. De tipo social está la
tendencia universal a vivir en grupos y en algún tipo de familia y entre los
universales culturales más conocidos está el emparejamiento por algún tipo de
matrimonio y el tabú del incesto que hace precisamente que ese matrimonio sea
en general exogámico (13).
Cuando un rasgo cultural se
produce de manera regular en diferentes momentos históricos y lugares pero no
en todas las culturas se habla de generalidad
cultural. Un ejemplo curioso de generalidad es la familia nuclear, típica de
las sociedades industriales modernas y, sorprendentemente, típica de sociedades
cazadoras recolectoras que más de uno denominaría como “primitivas” (14).
Por último, ya hemos visto que
las distintas culturas difieren enormemente en sus creencias, prácticas, normas
y entornos vitales. Así que no es extraño que presenten rasgos culturales
exclusivos. Son las denominadas particularidades
culturales, por ejemplo, el
hecho de que en España se coma y se cene tan tarde es bastante peculiar y llama
la atención en todas las guías turísticas que se publican en el extranjero.
Cambio y Difusión Cultural
Nada es inmutable. Nuestro
entorno cambia continuamente, si las sociedades también cambian, ¿cómo no van a
cambiar las culturas?. Esa es precisamente la gran virtud de las culturas
sociales, lo que ha permitido que la especie humana haya sido tan adaptativa:
su capacidad para cambiar.
Una de las primeras cuestiones
que aprendí al estudiar sociología es que los fenómenos sociales no van solos,
suelen estar provocados por varias causas y provocan varios efectos. Por tanto,
no es extraño que el cambio en una dimensión de la cultura lleve aparejados
cambios en otras dimensiones. Cuanto más compleja es una sociedad los cambios
sociales afectan a más dimensiones sociales.
Pongamos como ejemplo uno de los
cambios sociales más importantes que se ha producido en los últimos años: la
incorporación de la mujer al mundo del trabajo. Este cambio ha provocado una evolución en la institución de la familia, las mujeres se casan más tarde, tienen
hijos – si los tienen – más tarde, son más independientes económicamente por
tanto hay más divorcios, han aparecido nuevas formas de familia como las
monoparentales, ha aumentado la presencia de la mujer en situaciones en las que
antes eran una excepción, han cambiado las formas de socialización y educación
de los niños, ha aumentado el negocio de las guarderías y muchos cambios más; en general, la sociedad
y la cultura occidental han cambiado mucho.
Mancionis y Plummer señalan que
la incorporación de la mujer al trabajo remunerado fuera de casa es un ejemplo
de integración cultural, es decir,
que – una vez producido un cambio cultural – los elementos de una cultura
encajan o vuelven a encajar en el resto de dimensiones sociales. En estas
situaciones no existe – o apenas existe - conflicto entre normas, valores y
costumbres, por un lado, y las estructuras familiares, económicas y políticas
por otro.
Como estos autores señalan, se
trata de una visión con un punto de optimismo pues este cambio social no se ha
impuesto sin tensiones, pero claro, es que puede ser mucho peor. Ocurre a
menudo que los elementos de una cultura cambian a ritmo distinto. Ogburn (15)
opinaba que mientras era relativamente fácil el cambio en los elementos
materiales de la cultura, esto es, la tecnología; la concepción del mundo, las
normas y valores de esa cultura no cambian tan rápidamente. Y esto me recuerda
a mi tío Celestino que nunca se acabó de creer del todo que el hombre hubiera
hollado la luna. El
propio Ogburn denominó esta situación como desajuste
cultural. El desajuste cultural puede ser causa de conflicto entre los que
se apuntan al cambio con todas las consecuencias y los que no son partidarios
del mismo porque agrede su sistema de valores. Me viene a la cabeza el debate
sobre el uso de las células madre o la que se armó cuando Darwin empezó a
hablar del evolucionismo.
Normalmente se dice que tres son
las causas por las que se produce un cambio cultural. En primer lugar, por la invención, que supone la creación de
nuevos elementos culturales. Nos estamos refiriendo sobre todo a nuevas formas
de tecnología. ¿Cómo ha cambiado a nuestra sociedad el invento del ordenador,
del teléfono, del tornillo (16), del telescopio, del jabón, de la espada? Y así
podemos retrotraernos a la escena de “2001
una odisea espacial” (17) en la que aquel mono descubre que con la tibia
podía dar mamporros con mayor fundamento que con su brazo.
En segundo lugar, el cambio
cultural puede estar causado por el descubrimiento,
es decir, la comprensión o interpretación de algo de manera correcta
dejando de lado las explicaciones anteriores. Por tanto tiene que ver más con
la ideología y el conocimiento que con los elementos materiales de la cultura,
aunque descubrimiento e invención van de la mano muchas veces, el
descubrimiento de las ondas hertzianas llevó décadas después al invento de la
radio o la televisión.
Por último, el cambio cultural
puede venir del préstamo o transmisión de los rasgos culturales de una sociedad
a otra. Por su interés vamos a detenernos un poco aquí.
La difusión cultural es, en general, la transmisión de elementos
culturales de una cultura a otra. No es necesario el contacto directo entre las
dos culturas sino que puede haber sido transmitida por culturas intermedias. A
mi se me ocurre el ejemplo de la seda. No nos consta que el
Imperio Romano y el Imperio Chino tuvieran contacto
directo, sin embargo, había rutas comerciales que llevaban los tejidos desde el
primero al segundo a través de múltiples pasos intermedios.
Existe otro concepto parecido, la
aculturación, que es el intercambio
de rasgos culturales resultante de que los grupos estén en contacto continuado.
Los patrones culturales originales de cada una o ambas sociedades pueden verse
alterados por ese contacto. La aculturación implica necesariamente el contacto
entre sociedades o naciones distintas, supone el cambio cultural en algunos
aspectos pero cada grupo permanece con su cultura independiente y diferente
(18).
Componentes de la cultura
Independientemente de lo repetido
ya varias veces, la enorme diversidad cultural de las sociedades humanas,
podemos establecer – atendiendo a la estructura de las culturas – una serie de
componentes básicos presentes en todas ellas. Ahora bien, al igual que pasaba
con la definición de cultura, podríamos escribir un catálogo de divisiones de
componentes según la opinión de diversos autores (19). Vamos a intentar hacer
un trabajo de integración, de consenso entre posturas y a presentar una
clasificación lo más estándar posible.
Una primera división sería entre
elementos materiales o cultura material,
en la que habría que incluir todos los objetos que crean los miembros de
una sociedad, y los elementos inmateriales o cultura no material, que hace referencia al mundo intangible, es
decir, el pensamiento, los valores, los conocimientos, la visión del mundo
entre otros conceptos que crean los miembros de una sociedad.
La cultura material y la inmaterial
están relacionadas entre sí, ya que los artefactos creados por una sociedad
reflejan los valores de esa sociedad. La gran devoción que profesamos a
nuestros automóviles está relacionada con nuestra valoración del consumo, el
amor que dispensan las tribus cazadoras recolectoras a sus arcos y flechas está
relacionado con la valoración que conceden esas sociedades a las habilidades en
la caza y en la guerra.
La cultura material refleja
también la tecnología de una
sociedad. La tecnología es el conocimiento aplicado de que dispone una sociedad
para adaptarse a su entorno y poder sobrevivir. Y no sólo nosotros disponemos
de tecnología, nuestro etnocentrismo y la importancia que concedemos a nuestros
aparatitos electrónicos, a nuestra capacidad de cálculo y a nuestra comprensión
científica del universo, nos hace olvidar que tan tecnología es un “grid” de servidores de Google (20) como
un hacha de la edad de bronce. Es más, si consideramos la coletilla “adaptarse
al entorno” de nuestra definición de tecnología, no sé no sé, a lo mejor
resulta que la tecnología de los cazadores recolectores está más adaptada a su
entorno que la de nuestra sociedad industrial consumidora abusiva de los
recursos naturales.
Dentro de la cultura no material
habría que situar uno de los componentes más originales de la cultura: los símbolos. Un símbolo es algo, verbal o
no, que viene a representar otra cosa. Lo mejor de todo es que no tiene porque
darse una conexión obvia entre el símbolo y lo simbolizado, las más de las
veces la relación puede ser incluso completamente arbitraria. ¿Qué tiene que
ver una bandera con la nación a la que representa?, ¿el fuego con la
purificación?, ¿el agua bendita con la pureza?, ¿un águila, tan amada por la
heráldica, con la nobleza?, ¿un círculo rojo con una raya blanca con la
prohibición de entrar?.
Dentro del lenguaje simbólico de
una sociedad la pieza fundamental es la lengua
hablada o escrita. Esta impresionante invención humana permite la
comunicación entre los miembros de una sociedad y es el vehículo más importante
de la llamada reproducción cultural o
enculturación, que permite la transmisión cultural de una generación a la siguiente. El
lenguaje nos abre las puertas al conocimiento que una sociedad ha ido
acumulando durante siglos independientemente que la transmisión sea oral,
escrita o mediante un “pendrive”.
Otros elementos de la cultura son
los valores, las creencias, las costumbres y las normas que dan forma a la
conducta y la ética de las personas. Según Mancionis y Plummer los valores son modelos culturalmente
definidos con los que las personas evalúan lo que es deseable, bueno o bello, y
que sirven de guía la vida en sociedad.
Los valores son principios
amplios y generales que sirven de base a las creencias. Las creencias son enunciados específicos
que las personas consideran ciertos. Mientras los valores son proposiciones
abstractas acerca de cómo deben ser las cosas, las creencias hacen referencia a
asuntos más específicos sobre los que se puede emitir un juicio acerca de su
veracidad o falsedad.
Las costumbres son reglas de conducta que se siguen en la interacción
cotidiana y rutinaria. Por ejemplo las normas de etiqueta y de cortesía, el
decir los buenos días o vestir como requiere la ocasión. Las
costumbres sirven para distinguir las conductas adecuadas, inadecuadas o
impertinentes.
Las normas son reglas más exigentes, y por tanto, menos flexibles que
las costumbres, mediante las normas una sociedad regula la conducta de sus
miembros prohibiendo lo que no es socialmente aceptable o prescribiendo cuál es
la forma correcta de hacer las cosas.
Las personas pueden aprender,
interpretar y manipular la misma regla de formas diferentes, utilizando
creativamente su cultura en lugar de seguirla ciegamente. Algunos antropólogos
consideran útil distinguir entre la cultura
ideal, que es lo que la gente debería hacer y que, si les preguntas, es lo que
dicen que hacen; y la cultura real
que se refiere al comportamiento real tal y como lo observa el científico
social.
No olvidemos para terminar, que
para los sociólogos todos estos componentes culturales, al tener un amplio
consenso social, son instituciones
sociales.
Cultura y Personalidad
Ante tal cuerpo de normas,
valores, creencias y símbolos institucionalizados en una sociedad, no es de
extrañar que toda cultura ejerza una fuerte presión en todos los individuos que
la conforman, y que tiendan a comportarse según unas determinadas
personalidades – personalidades básicas – que reflejan las características
propias de los contornos sociales estereotipados de dicha cultura.
En realidad se trata de una muy
humana búsqueda de la normalidad, de parecerse a un estándar configurado por
las pautas culturales establecidas. Durante muchos años, en mi primera
juventud, viéndome desde la tribuna del tiempo me doy cuenta que mi forma de
actuar era un programa más o menos consciente de la conquista de la normalidad. Yo
quería ser ingeniero, tener una familia, una casa, un coche y nunca quise un
perro porque no me gustan, ¿hay algo más convencional?. Era mi deseo pues, por
azares de la vida, yo estaba en una posición muy cercana a la marginalidad.
Pero, de la misma manera que yo
aspiraba a la normalidad hay quién busca lo contrario. Siempre hay individuos no
adaptados, no integrados culturalmente. Estas faltas de adaptación revelan que
la relación entre el individuo y la sociedad que lo contiene no siempre es
armónica, no está exenta de tensiones y conflictos. Gracias a Dios los seres
humanos poseemos importantes márgenes de libertad e independencia lo que
redunda en la posibilidad de desarrollo dinámico y creativo de las culturas.
Para Terminar
Creo que con esto termino. Sé que
he dejado temas en el tintero y a importantísimos autores en la estantería de
mi biblioteca y en la memoria de mi ordenador. También he tratado muchos asuntos
muy por encima pero, querido lector, es que la cultura de las sociedades ha
merecido la escritura de libros enteros y yo he hecho un resumen tratando de
equilibrar, el contenido, la profundidad del mismo, el rigor y facilitar la
comprensión de los conceptos que pretendo divulgar. No sé si lo he conseguido.
Vosotros amigos tenéis la palabra.
Juan Carlos Barajas Martínez
Sociólogo
Notas:
12. Para
ampliar información sobre chovinismo
pulsa el enlace.
13. Para
ampliar información sobre la exogamia
pulsa el enlace.
14. Es
la formada por los padres y los hijos hasta que se independizan. Es típica de
las sociedades industriales, en las sociedades agrícolas las familias son
extensas, agrupan a varios núcleos familiares convivientes, y suelen ser
patriarcales, existe un patriarca que hace de jefe familiar, hay también
fórmulas matriarcales. Curiosamente las familias nucleares se dan como forma de
familia en sociedades cazadoras recolectoras, que alternan en diferente período
del año la convivencia con el resto del clan y en otros períodos viven solas. Para
ampliar información sobre la familia nuclear pulsa
el enlace.
15. Para
más información sobre William Ogburn
pulsa sobre el enlace.
16. Para
más información sobre el invento del tornillo
pulsa sobre el enlace
17. Se
trata de una escena simbólica sobre la invención de las armas o de la
tecnología si se quiere. En un amanecer, unos primates se despiertan y encuentran
enfrente del refugio un monolito negro, un bloque ortoédrico perfecto de varios
metros de altura que provoca la alarma en el grupo y un primer momento de
confusión y miedo. Al poco tiempo, se acercan y, confiando prudentemente,
llegan incluso a acariciarlo. A la postre, uno de los simios se da cuenta de cómo
utilizar un hueso como herramienta y arma al tiempo que se observan “flashbacks” mentales del monolito,
sugiriéndose que este ha motivado ciertos cambios en la conducta de los
primates y les ha dado cierto grado de conciencia sobre los recursos disponibles
para sobrevivir debido a que ahora los monos son capaces de matar animales y
comer carne. A la mañana siguiente le arrebatan el control de la charca a la
otra manada, matando en el proceso al líder de la manada rival. Exultante con
su triunfo, el primate vencedor lanza su hueso al aire, produciéndose una
enorme elipsis temporal en la narración: el hueso que asciende en el aire, pasa
a convertirse en un ingenio espacial que surca el espacio entre la Tierra y la
Luna en el año 1999 de nuestra era; se lo ha denominado la "elipsis más
larga de la historia del cine" de 4 millones de años. Para más información
sobre 2001una odisea en el espacio pulsa sobre el enlace. Adjunto como homenaje un visor del vídeo de la escena en Youtube.
18. Una
de las causas más comunes de aculturación se ha dado durante las colonizaciones
de unas naciones por otras, por eso el término también se usa en un sentido
peyorativo. Pero no es necesario que una cultura colonice a otra para que se dé
un proceso de aculturación.
19. No
voy a entrar en la consideración de los mitos y leyendas, ritos, formas
religiosas pues pueden incluirse en el terreno de las creencias y porque su
descripción me haría entrar en una materia extensa de la que no sabría salir
sin muchas explicaciones que harían todavía más largo al artículo.
20. Servidores
grid, servidores en malla, computación en malla o computación o informática
distribuida son términos prácticamente equivalentes, son un grupo variable de
servidores que actúan conjuntamente como si de una única máquina se
tratara, pueden estar juntos unidos por
una red local o separados geográficamente unidos por redes de area
metropolitana (MAN) o redes de área amplia (WAN) como Internet. Para más
información sobre computacióndistribuída pulse sobre el enlace.
Bibliografía:
La explicación Sociológica
Una introducción a la Sociología
2ª Edición
José Félix Tezanos
UNED
Madrid 1998
Sociología,
John Mancionis y Ken Plummer,
Pearson Prentice Hall,
Madrid 2005
Antropología, una explicación de
la diversidad humana,
Conrad Phillip Kottak,
McGraw-Hill,
Madrid 1999
Introducción a la Etnología
Jacques Lombard
Alianza Universidad
Madrid 1997
es.wikipedia.org