lunes, 23 de junio de 2014

El Mayor Invento de la Humanidad: La Cultura (2ª Parte)



…Seguimos

En la primera parte de este artículo - en el que dimos una definición de cultura, vimos los rasgos comunes a todas las culturas y repasamos la diversidad cultural - pusimos un “continuará”  y ahora seguimos donde lo dejamos y empezaremos por el etnocentrismo y el relativismo cultural.
 

¿El que el norte esté siempre arriba es una cuestión de etnocentrismo?
 

Etnocentrismo y relativismo cultural

Hemos visto cómo hay tantas culturas como sociedades humanas, que podemos estructurar el análisis de esas culturas en distintos niveles, hemos comprobado que se puede hablar de cultura internacional o nacional, que se puede afirmar la existencia en el mundo actual de una cultura global e, incluso dentro de una misma sociedad, podemos analizar las diversas subculturas que la integran.

Por otra parte hemos visto también que las culturas configuran una cierta manera de pensar, constituyen una manera determinada de ver el mundo, una ideología entendida – no como una forma de hacer política – sino como la contemplación de lo que nos rodea, una cosmovisión si se quiere.

De ambas características, de la diversidad cultural y de la cultura como visión del mundo, surge inevitable el etnocentrismo, es decir, el hábito de juzgar a otra cultura con los parámetros de la propia.

El etnocentrismo es una disposición natural y, por tanto, inevitable y universal que resulta de la vinculación emocional que todos tenemos a la cultura en la que nos hemos educado. Es tan universal que cuando lo ejerce un francés lo llamamos chovinismo (12), si nos referimos a esta actitud en un occidental lo solemos llamar eurocentrismo, hace poco he leído por ahí acerca del afrocentrismo, los chinos padecen de sinocentrismo y se refieren a china como el “reino central”, situando a su sociedad en el centro del mundo, tal y como hacemos los europeos para los que los chinos están en el lejano oriente, y hay quien utiliza el término “usacentrismo” para referirse a ese afán de los norteamericanos por considerar que el mundo es simplemente una extensión de su país que les lleva a llamar series mundiales a la liga de béisbol que sólo juegan sus equipos.

El etnocentrismo puede dar lugar a malentendidos e, incluso, a conflictos. Todos estamos tocados por nuestra cultura madre, lo importante es que no nos salgamos de madre, no llegar nunca a niveles patológicos, a fanatismos. Un buen antídoto contra el etnocentrismo enfermizo es el relativismo cultural que, al contrario de lo que pasa con el etnocentrismo no es una disposición natural sino un ejercicio intelectual consciente.

El relativismo cultural es la disposición a juzgar una cultura desde sí misma. Por supuesto, hacer esto no es nada fácil, ya hemos dicho que no es natural, requiere conocer y entender las normas y valores de la otra sociedad, requiere también reprimir la tendencia a seguir estereotiposy prejuicios, así como,  las valoraciones apresuradas y justicieras que solemos hacer cuando juzgamos a las otras sociedades desde las normas y valores de la nuestra.

Pero el mundo se nos ha hecho pequeño, cada vez hay más contactos entre personas de culturas distintas. Este acercamiento por un lado hace que sea cada vez más necesaria ciertas dosis de relativismo cultural y, por otro lado, con el conocimiento del otro se facilita la tarea de comprender el comportamiento de las personas de otras culturas.

No  he podido resistir la tentación de colocar esta viñeta. A menudo somos poco respetuosos con las creencias ajenas

Una última cuestión importante en relación con el relativismo cultural es plantearse cuáles son sus límites, ¿hemos de tragar con toda clase de conductas porque se basen en normas de otra cultura?.  Bien, yo creo que el relativismo cultural es un proceso racional, por consiguiente, hemos de aproximarnos a otros estilos de vida sin prejuzgarlos realizando un análisis detallado de causas, efectos y del medio ambiente en que se producen, pero esto no significa que toda conducta sea válida o correcta. No tenemos porque aceptar el trabajo infantil o ciertas visiones de la condición femenina por poner dos ejemplos, aunque los antropólogos se encuentran con cosas peores todavía en sus trabajos de campo. Existen límites.

Universalidad, generalidad y particularidad

Venimos manejando el concepto de la diversidad humana representado en el hecho de la cantidad inmensa de culturas que pueblan la Tierra, pero estamos perdiendo de vista que todas estas sociedades tienen el común denominador de que todas tienen precisamente una cultura social.

La antropología asume que existe la llamada igualdad biopsicológica entre los grupos humanos que viene a decir que aunque los individuos difieren en tendencias y capacidades, todas las poblaciones humanas tienen capacidades equivalentes para la cultura. Todos somos capaces de aprender una tradición cultural.

Esto se produce porque ciertos rasgos biológicos, psicológicos, sociales y culturales son universales, compartidos por todos los seres humanos en todas las culturas. Ejemplos de universales de base biológica incluyen el largo período de dependencia infantil o la sexualidad durante todo el año, el ser humano no tiene períodos de celo. Universal de base psicológica es la interacción con los padres, que es vital para el desarrollo de las personas. De tipo social está la tendencia universal a vivir en grupos y en algún tipo de familia y entre los universales culturales más conocidos está el emparejamiento por algún tipo de matrimonio y el tabú del incesto que hace precisamente que ese matrimonio sea en general exogámico (13).

Cuando un rasgo cultural se produce de manera regular en diferentes momentos históricos y lugares pero no en todas las culturas se habla de generalidad cultural. Un ejemplo curioso de generalidad es la familia nuclear, típica de las sociedades industriales modernas y, sorprendentemente, típica de sociedades cazadoras recolectoras que más de uno denominaría como “primitivas” (14).

Por último, ya hemos visto que las distintas culturas difieren enormemente en sus creencias, prácticas, normas y entornos vitales. Así que no es extraño que presenten rasgos culturales exclusivos. Son las denominadas particularidades culturales, por ejemplo, el hecho de que en España se coma y se cene tan tarde es bastante peculiar y llama la atención en todas las guías turísticas que se publican en el extranjero.

Cambio y Difusión Cultural

Nada es inmutable. Nuestro entorno cambia continuamente, si las sociedades también cambian, ¿cómo no van a cambiar las culturas?. Esa es precisamente la gran virtud de las culturas sociales, lo que ha permitido que la especie humana haya sido tan adaptativa: su capacidad para cambiar.

Una de las primeras cuestiones que aprendí al estudiar sociología es que los fenómenos sociales no van solos, suelen estar provocados por varias causas y provocan varios efectos. Por tanto, no es extraño que el cambio en una dimensión de la cultura lleve aparejados cambios en otras dimensiones. Cuanto más compleja es una sociedad los cambios sociales afectan a más dimensiones sociales.

Pongamos como ejemplo uno de los cambios sociales más importantes que se ha producido en los últimos años: la incorporación de la mujer al mundo del trabajo. Este cambio ha provocado una evolución en la institución de la familia, las mujeres se casan más tarde, tienen hijos – si los tienen – más tarde, son más independientes económicamente por tanto hay más divorcios, han aparecido nuevas formas de familia como las monoparentales, ha aumentado la presencia de la mujer en situaciones en las que antes eran una excepción, han cambiado las formas de socialización y educación de los niños, ha aumentado el negocio de las guarderías  y muchos cambios más; en general, la sociedad y la cultura occidental han cambiado mucho.

Mancionis y Plummer señalan que la incorporación de la mujer al trabajo remunerado fuera de casa es un ejemplo de integración cultural, es decir, que – una vez producido un cambio cultural – los elementos de una cultura encajan o vuelven a encajar en el resto de dimensiones sociales. En estas situaciones no existe – o apenas existe - conflicto entre normas, valores y costumbres, por un lado, y las estructuras familiares, económicas y políticas por otro.

Como estos autores señalan, se trata de una visión con un punto de optimismo pues este cambio social no se ha impuesto sin tensiones, pero claro, es que puede ser mucho peor. Ocurre a menudo que los elementos de una cultura cambian a ritmo distinto. Ogburn (15) opinaba que mientras era relativamente fácil el cambio en los elementos materiales de la cultura, esto es, la tecnología; la concepción del mundo, las normas y valores de esa cultura no cambian tan rápidamente. Y esto me recuerda a mi tío Celestino que nunca se acabó de creer del todo que el hombre hubiera hollado la luna. El propio Ogburn denominó esta situación como desajuste cultural. El desajuste cultural puede ser causa de conflicto entre los que se apuntan al cambio con todas las consecuencias y los que no son partidarios del mismo porque agrede su sistema de valores. Me viene a la cabeza el debate sobre el uso de las células madre o la que se armó cuando Darwin empezó a hablar del evolucionismo.

Normalmente se dice que tres son las causas por las que se produce un cambio cultural. En primer lugar, por la invención, que supone la creación de nuevos elementos culturales. Nos estamos refiriendo sobre todo a nuevas formas de tecnología. ¿Cómo ha cambiado a nuestra sociedad el invento del ordenador, del teléfono, del tornillo (16), del telescopio, del jabón, de la espada? Y así podemos retrotraernos a la escena de “2001 una odisea espacial(17) en la que aquel mono descubre que con la tibia podía dar mamporros con mayor fundamento que con su brazo.

En segundo lugar, el cambio cultural puede estar causado por el descubrimiento, es decir, la comprensión o interpretación de algo de manera correcta dejando de lado las explicaciones anteriores. Por tanto tiene que ver más con la ideología y el conocimiento que con los elementos materiales de la cultura, aunque descubrimiento e invención van de la mano muchas veces, el descubrimiento de las ondas hertzianas llevó décadas después al invento de la radio o la televisión.

Por último, el cambio cultural puede venir del préstamo o transmisión de los rasgos culturales de una sociedad a otra. Por su interés vamos a detenernos un poco aquí.

La difusión cultural es, en general, la transmisión de elementos culturales de una cultura a otra. No es necesario el contacto directo entre las dos culturas sino que puede haber sido transmitida por culturas intermedias. A mi se me ocurre el ejemplo de la seda. No nos consta que el Imperio Romano y el Imperio Chino tuvieran contacto directo, sin embargo, había rutas comerciales que llevaban los tejidos desde el primero al segundo a través de múltiples pasos intermedios.

Existe otro concepto parecido, la aculturación, que es el intercambio de rasgos culturales resultante de que los grupos estén en contacto continuado. Los patrones culturales originales de cada una o ambas sociedades pueden verse alterados por ese contacto. La aculturación implica necesariamente el contacto entre sociedades o naciones distintas, supone el cambio cultural en algunos aspectos pero cada grupo permanece con su cultura independiente y diferente (18).

Componentes de la cultura

Independientemente de lo repetido ya varias veces, la enorme diversidad cultural de las sociedades humanas, podemos establecer – atendiendo a la estructura de las culturas – una serie de componentes básicos presentes en todas ellas. Ahora bien, al igual que pasaba con la definición de cultura, podríamos escribir un catálogo de divisiones de componentes según la opinión de diversos autores (19). Vamos a intentar hacer un trabajo de integración, de consenso entre posturas y a presentar una clasificación lo más estándar posible.

Una primera división sería entre elementos materiales o cultura material, en la que habría que incluir todos los objetos que crean los miembros de una sociedad, y los elementos inmateriales o cultura no material, que hace referencia al mundo intangible, es decir, el pensamiento, los valores, los conocimientos, la visión del mundo entre otros conceptos que crean los miembros de una sociedad.

La cultura material y la inmaterial están relacionadas entre sí, ya que los artefactos creados por una sociedad reflejan los valores de esa sociedad. La gran devoción que profesamos a nuestros automóviles está relacionada con nuestra valoración del consumo, el amor que dispensan las tribus cazadoras recolectoras a sus arcos y flechas está relacionado con la valoración que conceden esas sociedades a las habilidades en la caza y en la guerra.

La cultura material refleja también la tecnología de una sociedad. La tecnología es el conocimiento aplicado de que dispone una sociedad para adaptarse a su entorno y poder sobrevivir. Y no sólo nosotros disponemos de tecnología, nuestro etnocentrismo y la importancia que concedemos a nuestros aparatitos electrónicos, a nuestra capacidad de cálculo y a nuestra comprensión científica del universo, nos hace olvidar que tan tecnología es un “grid” de servidores de Google (20) como un hacha de la edad de bronce. Es más, si consideramos la coletilla “adaptarse al entorno” de nuestra definición de tecnología, no sé no sé, a lo mejor resulta que la tecnología de los cazadores recolectores está más adaptada a su entorno que la de nuestra sociedad industrial consumidora abusiva de los recursos naturales.

Dentro de la cultura no material habría que situar uno de los componentes más originales de la cultura: los símbolos. Un símbolo es algo, verbal o no, que viene a representar otra cosa. Lo mejor de todo es que no tiene porque darse una conexión obvia entre el símbolo y lo simbolizado, las más de las veces la relación puede ser incluso completamente arbitraria. ¿Qué tiene que ver una bandera con la nación a la que representa?, ¿el fuego con la purificación?, ¿el agua bendita con la pureza?, ¿un águila, tan amada por la heráldica, con la nobleza?, ¿un círculo rojo con una raya blanca con la prohibición de entrar?.

Dentro del lenguaje simbólico de una sociedad la pieza fundamental es la lengua hablada o escrita. Esta impresionante invención humana permite la comunicación entre los miembros de una sociedad y es el vehículo más importante de la llamada reproducción cultural o enculturación, que permite la transmisión cultural de una generación a la siguiente. El lenguaje nos abre las puertas al conocimiento que una sociedad ha ido acumulando durante siglos independientemente que la transmisión sea oral, escrita o mediante un “pendrive”.

Otros elementos de la cultura son los valores, las creencias, las costumbres y las normas que dan forma a la conducta y la ética de las personas. Según Mancionis y Plummer los valores son modelos culturalmente definidos con los que las personas evalúan lo que es deseable, bueno o bello, y que sirven de guía la vida en sociedad.

Los valores son principios amplios y generales que sirven de base a las creencias. Las creencias son enunciados específicos que las personas consideran ciertos. Mientras los valores son proposiciones abstractas acerca de cómo deben ser las cosas, las creencias hacen referencia a asuntos más específicos sobre los que se puede emitir un juicio acerca de su veracidad o falsedad.

Las costumbres son reglas de conducta que se siguen en la interacción cotidiana y rutinaria. Por ejemplo las normas de etiqueta y de cortesía, el decir los buenos días o vestir como requiere la ocasión. Las costumbres sirven para distinguir las conductas adecuadas, inadecuadas o impertinentes.

Las normas son reglas más exigentes, y por tanto, menos flexibles que las costumbres, mediante las normas una sociedad regula la conducta de sus miembros prohibiendo lo que no es socialmente aceptable o prescribiendo cuál es la forma correcta de hacer las cosas.

Las personas pueden aprender, interpretar y manipular la misma regla de formas diferentes, utilizando creativamente su cultura en lugar de seguirla ciegamente. Algunos antropólogos consideran útil distinguir entre la cultura ideal, que es lo que la gente debería hacer y que, si les preguntas, es lo que dicen que hacen; y la cultura real que se refiere al comportamiento real tal y como lo observa el científico social.

No olvidemos para terminar, que para los sociólogos todos estos componentes culturales, al tener un amplio consenso social, son instituciones sociales.

Cultura y Personalidad

Ante tal cuerpo de normas, valores, creencias y símbolos institucionalizados en una sociedad, no es de extrañar que toda cultura ejerza una fuerte presión en todos los individuos que la conforman, y que tiendan a comportarse según unas determinadas personalidades – personalidades básicas – que reflejan las características propias de los contornos sociales estereotipados de dicha cultura.

En realidad se trata de una muy humana búsqueda de la normalidad, de parecerse a un estándar configurado por las pautas culturales establecidas. Durante muchos años, en mi primera juventud, viéndome desde la tribuna del tiempo me doy cuenta que mi forma de actuar era un programa más o menos consciente de la conquista de la normalidad. Yo quería ser ingeniero, tener una familia, una casa, un coche y nunca quise un perro porque no me gustan, ¿hay algo más convencional?. Era mi deseo pues, por azares de la vida, yo estaba en una posición muy cercana a la marginalidad.

Pero, de la misma manera que yo aspiraba a la normalidad hay quién busca lo contrario. Siempre hay individuos no adaptados, no integrados culturalmente. Estas faltas de adaptación revelan que la relación entre el individuo y la sociedad que lo contiene no siempre es armónica, no está exenta de tensiones y conflictos. Gracias a Dios los seres humanos poseemos importantes márgenes de libertad e independencia lo que redunda en la posibilidad de desarrollo dinámico y creativo de las culturas.

Para Terminar

Creo que con esto termino. Sé que he dejado temas en el tintero y a importantísimos autores en la estantería de mi biblioteca y en la memoria de mi ordenador. También he tratado muchos asuntos muy por encima pero, querido lector, es que la cultura de las sociedades ha merecido la escritura de libros enteros y yo he hecho un resumen tratando de equilibrar, el contenido, la profundidad del mismo, el rigor y facilitar la comprensión de los conceptos que pretendo divulgar. No sé si lo he conseguido. Vosotros amigos tenéis la palabra.


Juan Carlos Barajas Martínez
Sociólogo

Notas:

12.  Para ampliar información sobre chovinismo pulsa el enlace.
13.  Para ampliar información sobre la exogamia pulsa el enlace.
14.  Es la formada por los padres y los hijos hasta que se independizan. Es típica de las sociedades industriales, en las sociedades agrícolas las familias son extensas, agrupan a varios núcleos familiares convivientes, y suelen ser patriarcales, existe un patriarca que hace de jefe familiar, hay también fórmulas matriarcales. Curiosamente las familias nucleares se dan como forma de familia en sociedades cazadoras recolectoras, que alternan en diferente período del año la convivencia con el resto del clan y en otros períodos viven solas. Para ampliar información sobre la familia nuclear pulsa el enlace.
15.  Para más información sobre William Ogburn pulsa sobre el enlace.
16.  Para más información sobre el invento del tornillo pulsa sobre el enlace
17.  Se trata de una escena simbólica sobre la invención de las armas o de la tecnología si se quiere. En un amanecer, unos primates se despiertan y encuentran enfrente del refugio un monolito negro, un bloque ortoédrico perfecto de varios metros de altura que provoca la alarma en el grupo y un primer momento de confusión y miedo. Al poco tiempo, se acercan y, confiando prudentemente, llegan incluso a acariciarlo. A la postre, uno de los simios se da cuenta de cómo utilizar un hueso como herramienta y arma al tiempo que se observan “flashbacks” mentales del monolito, sugiriéndose que este ha motivado ciertos cambios en la conducta de los primates y les ha dado cierto grado de conciencia sobre los recursos disponibles para sobrevivir debido a que ahora los monos son capaces de matar animales y comer carne. A la mañana siguiente le arrebatan el control de la charca a la otra manada, matando en el proceso al líder de la manada rival. Exultante con su triunfo, el primate vencedor lanza su hueso al aire, produciéndose una enorme elipsis temporal en la narración: el hueso que asciende en el aire, pasa a convertirse en un ingenio espacial que surca el espacio entre la Tierra y la Luna en el año 1999 de nuestra era; se lo ha denominado la "elipsis más larga de la historia del cine" de 4 millones de años. Para más información sobre 2001una odisea en el espacio pulsa sobre el enlace. Adjunto como homenaje un visor del vídeo de la escena en Youtube.

18.  Una de las causas más comunes de aculturación se ha dado durante las colonizaciones de unas naciones por otras, por eso el término también se usa en un sentido peyorativo. Pero no es necesario que una cultura colonice a otra para que se dé un proceso de aculturación.
19.  No voy a entrar en la consideración de los mitos y leyendas, ritos, formas religiosas pues pueden incluirse en el terreno de las creencias y porque su descripción me haría entrar en una materia extensa de la que no sabría salir sin muchas explicaciones que harían todavía más largo al artículo.
20.  Servidores grid, servidores en malla, computación en malla o computación o informática distribuida son términos prácticamente equivalentes, son un grupo variable de servidores que actúan conjuntamente como si de una única máquina se tratara,  pueden estar juntos unidos por una red local o separados geográficamente unidos por redes de area metropolitana (MAN) o redes de área amplia (WAN) como Internet. Para más información sobre computacióndistribuída pulse sobre el enlace.

Bibliografía:

La explicación Sociológica
Una introducción a la Sociología
2ª Edición
José Félix Tezanos
UNED
Madrid 1998

Sociología,
John Mancionis y Ken Plummer,
Pearson Prentice Hall,
Madrid 2005

Antropología, una explicación de la diversidad humana,
Conrad Phillip Kottak,
McGraw-Hill,
Madrid 1999

Introducción a la Etnología
Jacques Lombard
Alianza Universidad
Madrid 1997

es.wikipedia.org




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