El gran sociólogo alemán Max Weber |
Antes de empezar
La serie de tres artículos que
inicio en este punto es un intento de dar una visión, lo más completa y clara,
de lo que son la burocracia y las organizaciones burocráticas desde un
punto de vista sociológico. Para ello se describen las aportaciones de
distintos autores aunque con particular detalle las de Max Weber, en el caso de
la burocracia contemplada como fenómeno social general, y la de Henry
Mintzberg, orientada hacia las organizaciones
formales. Los otros dos artículos son “II. Los problemas de la
burocracia” y “III. La burocracia según Mintzberg” (1).
El concepto de burocracia
La burocracia en sociología
carece del sentido peyorativo que se le da en el lenguaje usual. En el habla de
la calle la burocracia es sinónimo de exceso de formalismo, de hacer trámites
sin sentido, redundantes, tediosos o de resultado incierto. De este modo, la
burocracia es el “vuelva usted mañana”, tan español él, que describiera Mariano
José de Larra en los primeros años del siglo XIX. Representa también la
ineficacia y, por supuesto, la ineficiencia atribuida siempre a la
administración pública; en última instancia, la burocracia en el lenguaje común
es sinónimo de administración pública, dejando de lado la aplicación del
término a las empresas privadas y organismos no públicos, como si éstos
estuvieran alejados de tales males y
sólo lo público mereciera tal vilipendio.
El concepto de burocracia en
sociología es distinto. La sociología se acerca a la burocracia, como ciencia
que es, desde un punto de vista objetivo.
La burocracia, en este contexto, es una manera de desarrollar la
estructura organizativa de las organizaciones formales. Entendiendo por éstas,
aquellas organizaciones que están estructuradas jerárquicamente y se rigen – hasta
cierto punto – por un conjunto de reglas aceptadas ampliamente y que tienen una
finalidad, un objetivo. Está claro que dentro de esta definición caben tanto la
organización de un Estado como la estructura organizativa de una empresa
privada.
Por tanto, ya podemos apreciar
dos diferencias importantes entre el concepto sociológico de burocracia y la
idea que de la misma está presente en la ideología preponderante en nuestra
sociedad: en primer lugar que la
burocracia no es un sistema ineficaz
en si mismo y, en segundo término,
que no se circunscribe únicamente a la administración pública, baste
recordar la burocracia existente en las grandes empresas o en la Iglesia.
Los tipos ideales de Weber: la vara de medir.
Para referirse a la burocracia
desde la sociología es inevitable tener que hacer mención al gran sociólogo
alemán Max Weber (2) (3).
Esto es así hasta tal punto que una vez en un examen oral oí al examinando
decir que Weber había inventado la burocracia, claro que es un comentario un
tanto exagerado, esto es como decir que Newton inventó la ley de la gravitación
universal, es evidente que la gravedad y la burocracia antecedieron en el
tiempo a los queridos Newton y Weber.
Pero antes de empezar a hablar de
la burocracia weberiana es necesario hacer un pequeño paréntesis para explicar
una de las más famosas contribuciones de Weber a la sociología: los tipos ideales.
En su nivel más básico, un tipo
ideal es una estratagema para definir los rasgos esenciales de los fenómenos
sociales. Como escribe George Ritzer (4) citando a Lachman (5), “un tipo ideal es
esencialmente una vara de medir”.
Se trataría de entresacar del
fenómeno social real aquellas propiedades que le definen arquetípicamente. Pero
no serían imágenes especulares del fenómeno sino exageraciones unilaterales de
lo que ocurre en el mundo real. En este sentido Weber opinaba que cuanto más
exagerada fuera la imagen ideal, más útil sería para el estudio. Una vez
construido el tipo ideal nos servirá como vara de medir, como patrón para comparar el fenómeno real
que se estudia en un momento determinado de la historia con el tipo ideal,
siendo éste último – en tanto que ideal - esencialmente ahistórico o intemporal.
Aquí la palabra ideal puede
llevar al equívoco, pues en general en castellano “ideal” tiene un cierto sentido positivo. Weber
pensaba que el tipo ideal no tiene por qué ser éticamente correcto o
estéticamente bello, puede ser moralmente reprobable o estéticamente feo si el
fenómeno que trataba de representar lo es en el mundo real.
La burocracia típico-ideal de Weber
Pues bien, fiel a sí mismo, Weber
describió a la burocracia en términos típico-ideales. Partió de los conceptos
de dominación y autoridad. La
dominación la definió como “la
probabilidad de encontrar obediencia dentro de un grupo determinado para
mandatos específicos” y puede tener un carácter legítimo o ilegítimo. A las
formas legítimas de dominación las denominó “autoridad”.
Weber distinguió entre tres tipos
de autoridad que han venido dándose en la humanidad a través de la historia en
diversos grupos y sociedades. La autoridad tradicional, la autoridad
carismática y la autoridad legal.
La autoridad tradicional se basa en la pretensión de los líderes y en
la creencia, por parte de sus seguidores, de que existen virtudes en la
santidad de las normas antiguas y en los poderes que encarnan esas tradiciones.
El feudalismo entraría dentro de este tipo ideal.
La autoridad carismática se presenta cuando un grupo de seguidores
definen a su líder como carismático, esto es, le otorgan cualidades
sobresalientes – incluso sobrenaturales - aunque no las tenga en la realidad.
Se da este tipo de autoridad en grupos religiosos sectarios.
Esquema de dominación según Weber |
En cuanto a la autoridad legal, que es la que interesa
a los fines de este artículo, descansa en una creencia en la legalidad de las
ordenaciones establecidas. La autoridad legal puede tomar gran variedad de
formas pero lo que Weber consideró como el tipo más puro de ejercicio de la
autoridad legal fue la burocracia. La burocracia es la expresión de un proceso
más amplio de racionalización del
mundo, que ha ido evolucionando a través de la historia. Esta evolución, que
afectó a todas las áreas de la vida social desde la religión hasta la música,
se habría manifestado – según Weber - sobre todo en el mundo occidental.
La burocracia típico-ideal es un
tipo de organización en la que sus unidades básicas están constituidas por
oficinas ordenadas de una forma jerárquica por medio de reglas, funciones
específicas y documentos escritos.
Weber estableció en sus escritos
las características de la burocracia típico-ideal y, como ha tenido tantos
exégetas, nos encontramos con que hay tantas listas de características como
libros han tratado el tema, y son muchos. Aunque, a decir verdad todos vienen a
expresar lo mismo. Añadiremos una lista más, la mía es la siguiente:
- Consiste en una organización continua de funciones (cargos) oficiales limitados por reglas.
- Cada cargo tiene un grupo de competencias limitado.
- Los cargos están organizados de manera jerárquica
- Los cargos llevan aparejados unas cualificaciones técnicas que requieren de preparación o formación específica
- Los funcionarios (6) que ocupan estos cargos no son propietarios de los mismos, no los pueden vender ni heredar ni dejar en herencia, tampoco son dueños del material que usan en su trabajo.
- Todos los actos administrativos están regulados por normas escritas.
- Los funcionarios ocupan sus cargos tras haber superado un proceso de selección en el que han tenido en cuenta sus capacidades y no por adscripción a un determinado grupo social o por clientelismo.
- Los ascensos a posiciones superiores dependen de su competencia demostrada y de su antigüedad en la organización.
- Tienen como principal o única fuente de ingresos el salario que reciben según su posición en la organización.
La inevitable burocracia
Weber constataba ya a principios
del siglo XX que la burocracia estaba jugando un papel cada vez más importante
en la sociedad moderna. Como hemos señalado antes, el surgimiento de la
burocracia había sido consecuencia del proceso de racionalización y, por tanto,
tenía un inequívoco sentido de inevitabilidad. Según Weber, las necesidades de
administración de las masas la hacen completamente indispensable. No hay
alternativa. Y no hay alternativa independientemente del sistema político-económico
imperante.
En ese tiempo, en el que el
socialismo real apenas había empezado su andadura en la Rusia soviética a
partir de la revolución de 1917, surgía la pregunta de si una sociedad
socialista conseguiría una sociedad sin burocracia. Weber, que no era malo como
profeta, fue bastante claro y directo: “cuando los que están sujetos al control
burocrático tratan de escapar a la influencia del aparato burocrático estarán
igualmente sometidos al proceso de burocratización”. De hecho Weber creía que
en el caso del socialismo veríamos un crecimiento no un descenso de la
burocracia. En el sistema capitalista al menos los propietarios no son
burócratas, pero en un sistema socialista incluso los líderes de nivel más alto
son burócratas. Un rayo de esperanza en su obra lo constituye el hecho de que
los profesionales que se sitúan fuera
del sistema burocrático puedan controlarlo en algún grado.
Para terminar.... de momento
Hasta este punto hemos visto la
burocracia como tipo ideal weberiano pero no hemos analizado ninguno de sus
problemas. Los que describió el propio Max Weber y los que encontraron otros
autores como Michels o Merton. Esta cuestión la vamos a analizar en el
siguiente artículo: “II Los Problemas de la Burocracia”. Así que, como dicen en
las series televisivas, “continuará”.
Juan Carlos Barajas Martínez
Sociólogo
Notas:
- Este artículo lo escribí en 2010 en una única parte, quiero decir, sin dividir en tres. En 2011 lo publiqué en Sociología Divertida en una sección ya desaparecida que se llamaba “Artículos” que agrupaba artículos que escribí antes de empezar con este blog. No me plantee sacarlo como post por parecerme extenso y poco apropiado para los temas que publicaba en aquel momento, situación que ha cambiado enormemente pues me he atrevido con cosas más complicadas y cada vez tengo más lectores – estudiantes y profesores sobre todo – que me piden tratar temas de este tipo. Más tarde me propusieron su publicación en la web de artículos de política y temas sociales Debate21 y allí está publicado. Acabo de terminar una colaboración en una revista oficial sobre la función pública en España, este nuevo trabajo me ha recordado a este viejo artículo y he pensado que había que rescatarlo.
- Maximilian Carl Emil Weber (Erfurt, 21 de abril de 1864-Múnich, 14 de junio de 1920) fue un filósofo, economista, jurista, historiador, politólogo y sociólogo alemán, considerado uno de los fundadores del estudio moderno de la sociología y la administración pública, con un marcado sentido antipositivista.
- Antes de Weber hubo otros autores importantes que trataron en sus escritos este tema, desde el liberalismo Tocqueville o desde el marxismo el propio Marx, Engels y otros. Pero para los objetivos de este artículo parece razonable empezar directamente por Weber.
- George Ritzer nació en 1940 en la ciudad de Nueva York, se graduó en sociología en la Escuela Superior de Ciencia del Bronx en 1958. En la actualidad es profesor de sociología de la Universidad de Maryland. Sus principales áreas de interés son la Teoría Sociológica y la Sociología del Consumo. Fue director de las secciones de Teoría Sociológica (1989-1990) y de Organizaciones y ocupaciones (1980-1981) de la Asociación Americana de Sociología.
- Richard Lanchman es profesor de la Universidad del Estado de Nueva York en Albany, especialista en historia de la sociología.
- Aquí la palabra “funcionario” presente en la traducción del alemán de los textos de Weber puede inducir a equívocos por el sentido de empleado público que tiene la palabra en castellano. No nos dejemos confundir, en este contexto, el concepto es aplicable a lo público y lo privado. Últimamente ha sido utilizada en este sentido la palabra funcionario de manera interesada por algunos políticos para distraer la atención sobre el mantenimiento en su puesto de ciertos empleados de los partidos imputados por causas de corrupción.
Bibliografía
Teoría sociológica clásica. 3ª Edición.
George Ritzer.
Mc Graw-Hill.
Madrid 2001
Organización y Burocracia. 3ª
Edición.
Nicos P. Mouzelis.
Ediciones Península. Barcelona
1991.
Sociología.
John J. Mancionis y Ken
Plummer.
Prentice Hall.
Madrid 2006
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