Resumen
En este blog hemos hablado muchas veces del funcionalismo. Cada vez que
hemos tratado algún asunto general de la sociología hemos hecho referencia a
las ideas funcionalistas aplicadas a dicho asunto.
Y esto no es por casualidad, el funcionalismo ha sido durante varias
décadas el pensamiento sociológico dominante y, aunque hoy en día ya no es lo
que era, sigue siendo una de las tradiciones teóricas más importantes.
Otro tema recurrente en Sociología Divertida ha sido el debate entre
las teorías del consenso y las teorías del conflicto. Las primeras, entre las
que destaca el funcionalismo, sostienen que una sociedad no puede sobrevivir
sin la aceptación de unos valores y normas colectivas que permiten construir un
orden social estable, en el que el cambio social es lento y organizado.
Las segundas, como la sociología crítica y las distintas formas de
marxismo, sostienen que hay unas clases dominantes y unas clases dominadas,
entre las que existe un conflicto permanente que en ocasiones da paso a cambios
sociales desordenados y radicales que afectan al modelo de sociedad.
En este artículo y, probablemente en el siguiente, vamos a tratar de
manera monográfica el funcionalismo, algo que hasta ahora no había hecho, con ello
pretendo iniciar una serie sobre las principales escuelas de pensamiento
sociológico.
Talcott Parsons |
Índice:
Generalidades
Talcott Parsons y el esquema AGIL
Sistema social y sociedad en Parsons
El cambio social en Parsons
Conclusión
Generalidades
Al funcionalismo también se le
conoce como estructural funcionalismo o funcionalismo estructural, las tres
formas hacen referencia al mismo movimiento sociológico.
Según el enfoque funcionalista
una sociedad puede entenderse metafóricamente como un organismo vivo que se compone de distintos órganos o estructuras
cada uno de ellos con una función o funciones necesarias para que el organismo
social pueda vivir. La sociedad es un sistema complejo cuyas partes -
subsistemas - “encajan” entre sí produciendo un equilibrio o estabilidad
social.
Para la corriente principal del
funcionalismo nuestras vidas están orientadas según la dirección que marcan
ciertas estructuras sociales,
entendiéndose por estas, pautas relativamente estables de relaciones sociales,
por ejemplo, las relaciones familiares, las conductas ritualizadas, y otras,
que implican comportamientos relativamente estables y predecibles
Parten de la base de que toda
sociedad tiene una estructura social concreta, sin ésta no puede sobrevivir,
tiene que haber estratos sociales o
clases, en definitiva, un sistema de posiciones sociales más o menos
igualitario, pero en todos los casos, existe un sistema de asignación de
privilegios y funciones a dichas posiciones.
Estructura y función, de ahí viene el nombre.
Está dualidad sobre estructura y
función nos lleva a tener que resolver dos problemas. En primer lugar, cómo se
distribuyen las posiciones sociales teniendo en cuenta que unas desempeñan
funciones más importantes para la sociedad que otras. A esto responden que
existen estrategias de posicionamiento,
pero lo mejor de todo es que, para varios autores funcionalistas, las
estrategias de posicionamiento social no son conscientes, la sociedad no
desarrolla métodos específicos para alcanzar el logro social, sino que de modo
natural, una especie de mano invisible, empuja los más capacitados a ocupar las
posiciones idóneas para sus capacidades. Eso sí, ninguna sociedad puede
sobrevivir sin aplicar esas estrategias inconscientes.
En segundo término, una vez se
ocupa una posición social, surge la pregunta de cómo se consigue que las
personas lleven con resignación tales posiciones “tan exigentes y tan poco
agradables” y no dimitan a la primera de cambio, es por esto que lo
funcionalistas justifican que estos puestos lleven aparejados mayores privilegios. A mayor
responsabilidad e importancia de las funciones desempeñadas, mayores
recompensas, en bienes materiales, prestigio y poder.
Bueno hemos visto la estructura
social funcionalista, pero ¿qué pasa con el cambio social funcionalista? En
esto el funcionalismo se encuentra muy cercano al evolucionismo, el cambio se
produce como resultado de procesos graduales.
Hemos dicho ya que el funcionalismo contempla a la sociedad como un
sistema complejo compuesto de subsistemas interconectados. Cada subsistema
tiene unas funciones necesarias para el funcionamiento social normal, en última
instancia, para que la sociedad siga existiendo. En este contexto el cambio
social se entiende como la adaptación de dicho sistema social a su entorno,
mediante el proceso de diferenciación y el aumento de la complejidad
estructural.
Un epifenómeno es un fenómeno accesorio que acompaña al fenómeno
principal, teniendo poca o nula influencia. Pues bien, el cambio social se
explica como un epifenómeno de la constante búsqueda de equilibrio entre las
distintas partes de la sociedad y su entorno.
La teoría funcionalista de la
estratificación ha recibido multitud de críticas. Richter (1)
señala varias.
En primer lugar, se le reprocha
que ayuda a perpetuar la posición
privilegiada de las personas con más poder, prestigio y dinero aduciendo
que merecen recompensas.
Otro aspecto criticado es el de
la inevitabilidad de este orden social,
lo que presupone que el hecho de que porque una estructura social estratificada
haya existido en el pasado implica que deba existir en el futuro.
Se ha sugerido que la idea de que
las posiciones funcionales varían de acuerdo a su importancia social es difícil
de sostener. Por poner un ejemplo chusco, no parece que los basureros sean
menos importantes para la supervivencia de la sociedad que los ejecutivos de
publicidad, sin embargo, estos últimos cobran bastante más y tienen más
prestigio.
Por último, se me ocurren otras
preguntas ¿Hay escasez de personas con talento capaces de desempeñar tareas de
importancia social? ¿Cómo se explica la reproducción social si se accede al
logro social mediante el mérito? ¿A la gente les mueve sólo las recompensas
para acceder a puestos de responsabilidad o puede sentirse motivados por ayudar
a la gente o por el gustazo de hacer un trabajo bien hecho? Todas estas son
preguntas que se contestan difícilmente desde la teoría funcionalista.
Talcott Parsons y el esquema AGIL
Junto a Robert Merton (2),
Parsons (3),
ocupa una posición privilegiada en la teoría funcionalista. Richter nos avisa
de que la obra de Parsons es muy extensa en el espacio y en el tiempo, y divide
su obra entre temprana y madura. Vamos a fijarnos en la obra parsoniana madura
y para ello debemos empezar por su concepto de función.
Parsons fijó el concepto de sistema de acción, como un ente
genérico que puede incluir a una
sociedad o una colectividad o una tribu urbana, ¡vaya usted a saber!, así como
su cultura, su personalidad y sus relaciones con el entorno.
Dentro de este sistema, una función es un conjunto de actividades
dirigidas a la satisfacción de una o varias necesidades del sistema. A partir
de esta definición Parsons identificaba cuatro funciones básicas necesarias
para que un sistema pudiera sobrevivir:
En primer lugar, la Adaptación. Todo sistema debe adaptarse
a su entorno y adaptar el entorno a sus necesidades. En segundo término, la Capacidad para alcanzar metas, todo
sistema debe definir y alcanzar sus metas principales. En tercer lugar, Integración, todo sistema debe procurar
la coordinación entre sus partes. Y, por último, lo que él denominaba Latencia, el mantenimiento en el tiempo
de ciertos patrones culturales que mantengan y renueven la motivación de los
individuos.
Parsons recogió las iniciales en
inglés de estas cuatro funciones y denominó, como regla nemotécnica, a todo el
tinglado como esquema AGIL.
Estas cuatro funciones configuran
para Parsons cuatro sistemas de acción. El organismo
conductual cumple la función de adaptación al entorno y la transformación
del mismo entorno, la “A” – adaptación - de AGIL.
El sistema de la personalidad realiza la función de alcanzar las metas
mediante la definición de los objetivos y la movilización de los recursos para
trabajar por ellos, la “G” – capacidad - de AGIL.
El sistema social desarrolla la función reguladora que controla las
partes constituyentes de un sistema, la “I” – integración - de AGIL.
Por último, el sistema cultural proporciona normas y
valores para la motivación de los actores, la “L” – latencia – de AGIL.
Estos cuatro sistemas constituyen
la estructura del sistema general de la
acción. La figura siguiente ilustra todo el esquema.
Estructura del Sistema General de la Acción de Parsons |
Tras ver la figura anterior, uno
podría entender que son cuatro sistemas que actúan en paralelo, pero la visión
de Parsons del funcionamiento de los sistemas era jerárquica. Y este orden
jerárquico funciona de dos maneras. En primer lugar, los sistemas inferiores
proporcionan las condiciones de funcionamiento o “energía” que necesitan los niveles superiores, por otra parte, en
sentido descendente los niveles superiores proporcionan información o “control”
a los inferiores. La figura siguiente ilustra este funcionamiento jerárquico.
Jerarquía del Sistema General de la Acción |
Un sistema social, según las
propias palabras de Parsons, “consiste en
una pluralidad de individuos que interactúan entre sí en una situación que
tiene, al menos, un aspecto físico o de medio ambiente, actores motivados por
una tendencia a obtener un óptimo de gratificación… y cuyas relaciones con sus
situaciones – incluyendo a los demás actores – están medidas y definidas por un
sistema de símbolos culturales estructurados y compartidos”.
A pesar de que en esta definición
se intuye un cierto interaccionismo, Parsons no puso la unidad mínima de
estudio en la interacción social (4)-
es decir, la relación con los otros - sino en una estructura de mayor
complejidad: el par estatus-rol.
El asunto de los roles sociales y
de los estatus que llevan aparejados ya lo hemos visto en Sociología Divertida.
Los roles, son los papeles que nos toca jugar en nuestro día a día, rol de
funcionario, marido, padre, seguidor del Real Madrid o cofrade de una procesión
de Semana Santa. El estatus es la posición social derivada del rol que estás
desempeñando.
A partir del estudio de los roles
y estatus se interesó por los grandes componentes de los sistemas sociales como
los valores, las normas y, montando una especie de Lego, a partir de estos
componentes, se interesó por aquellas funciones que eran necesarias para que
sistema social sobreviviese: los
prerrequisitos funcionales.
En primer lugar, los sistemas
sociales deben estar constituidos de manera que sean compatibles con otros sistemas. En segundo lugar, el sistema social
debe contar con el apoyo de otros
sistemas. En tercer término, deben satisfacer hasta cierto punto las necesidades de los individuos que
forman parte del sistema. Como cuarto prerrequisito, los sistemas deben
promover un cierto grado de participación
de sus miembros. En quinto lugar, los sistemas deben controlar, de manera
flexible pero eficaz, la conducta de
los miembros y, si surgen los conflictos, debe reconducirlos. Por último, un
sistema social necesita de un lenguaje
común.
Hasta ahora todo el planteamiento
que hemos visto es genérico y un tanto abstracto. La idea de sistema social
hace referencia a cualquier colectividad, pero hay un caso particular de
sistema social especialmente importante, se trata de la sociedad.
Parsons definió a la sociedad
como una comunidad relativamente autosuficiente
cuyos miembros obtienen la satisfacción de sus necesidades individuales y
colectivas y – esto es muy importante – vivir
dentro de su marco. De hecho, la cofradía de Semana Santa es un sistema
social pero no se puede vivir dentro de ella.
A estas alturas nos decepcionaría
mucho si Parsons no hubiera encontrado subsistemas en la sociedad. Distinguía
cuatro subsistemas o grandes estructuras en toda sociedad que merezca tal
nombre. Estos cuatro sistemas funcionan cooperativamente y constituyen lo que podríamos
llamar “sociedad mínima” o la parte
imprescindible de una colectividad para poder llamarla sociedad.
En primer lugar existe un sistema
de reproducción y socialización (5)
básica de los individuos, lo que Parsons denominaba “Sistema Fiduciario”. En segundo término, toda sociedad debe contar
con unas estructuras económicas que
proveen de bienes y servicios, que promueven la manufactura y el comercio y dan
trabajo a las personas. En tercer lugar, debe existir un sistema que
proporcione y mantenga el orden, un sistema de poder, de articulación
territorial y de uso legítimo de la fuerza. Y, por último, un sistema de
creencias, de valores, en el que habría que incluir a la religión, lo que
Parsons llamaba “Comunidad Societal”.
Para realizar cada una de estas
funciones básicas de la sociedad es dónde Parsons coloca a las instituciones.
Las sociedades se han dotado de un conjunto de instituciones sociales específicas para cumplirlas que estarían
encuadradas en los sistemas que hemos descrito. Mediante estas instituciones se
regulan los comportamientos de los individuos y los orientan al cumplimiento de
fines determinados. Las instituciones sociales no son compartimentos estancos,
no son verticales sino transversales, operan en sistemas parsonianos
diferentes, tienen múltiples relaciones y dependencias y cuanto más
evolucionada es una sociedad, más complejo es este entramado de relaciones. En
la figura se pueden apreciar los sistemas y algunos ejemplos de instituciones.
El cambio social en Parsons
El cambio social en Parsons es
una es una teoría de la madurez de su vida, iniciada después de las críticas
surgidas por la falta en sus ideas de una explicación sólida de la dinámica
social.
En este sentido, las ideas de
Parsons sobre el cambio social tienen una orientación evolucionista. A medida
que pasa el tiempo la sociedad evoluciona, se van creando o dividiendo nuevos
subsistemas según el grupo social se va a adaptando a su entorno. Por supuesto,
los nuevos subsistemas son mejores que los anteriores, es lo que se llama el ascenso de adaptación.
El que los subsistemas nuevos
sean mejores que los anteriores es realmente optimista, intrínsecamente supone que a medida que se evoluciona
aumenta la capacidad para resolver problemas. No estoy muy seguro de que esto
haya sido siempre así a lo largo de la historia.
Este proceso de diferenciación de
subsistemas requiere de capacidades nuevas para manejar los nuevos que van
surgiendo y evitar, en la medida de lo posible, los problemas de integración que puedan aparecer.
Los valores y las normas sociales
deben cambiar también, para ajustarse a las nuevas demandas surgidas de la
diferenciación de subsistemas con nuevas estructuras sociales y nuevas
funciones. Esto crea conflictos, pues
este proceso de aceptación de nuevos valores no se produce a la misma velocidad
para todos los sectores sociales, encuentra la resistencia de grupos que están
muy identificados con los valores tradicionales.
Por tanto, algunas sociedades
evolucionan más rápidamente que
otras, en función de los conflictos internos que brotan al diferenciar los
subsistemas sociales y los valores que los sustentan, cuanto mayor sea la
resistencia interna al cambio menor será la velocidad del mismo y, con más
obstáculos, se encontrará la evolución social.
Richter señala una curiosa
contradicción en Parsons. Por un lado, se cuidó de asegurar que la evolución
social no era unilineal – idea que
ya estaba muy en desuso en la década de los sesenta - pero, por otro lado,
distinguió tres etapas evolutivas generales: primitiva, intermedia y moderna.
Parece ser que esa generalidad de las etapas y su complejidad superaba la idea
de linealidad, pero que Dios me perdone, a mi me sigue pareciendo una evolución
lineal.
El paso de la etapa primitiva a
la intermedia fue el nacimiento del lenguaje escrito. El paso entre la
intermedia y la moderna se produjo con los códigos normativos
institucionalizados, dicho de otra manera, con el invento del Derecho.
Al final, como nos dice Richter,
Parsons se orientó hacia la teoría evolucionista porque había sido acusado de
que no era capaz de realizar un análisis del cambio social, pero acabó dando la
razón a sus detractores, porque no realizó un análisis de los procesos del
cambio. sino un intento de “ordenar tipos estructurales y relacionarlos
secuencialmente”, en realidad, hizo un estudio estructural comparado.
Conclusión
No me considero especialmente
ungido para juzgar la obra de los grandes autores, pero si que tengo mi modesta
– lo digo completamente en serio -, mi modesta opinión. Si se trata de estudiar
la estructura social en un momento histórico concreto creo que el funcionalismo
y Parsons son muy útiles, pero si se trata de estudiar el cambio social, podemos
afirmar siendo muy comedidos, que Dios no llamó al funcionalismo por ese
camino. Estoy más de acuerdo con los conceptos críticos de la sociología del
conflicto.
En artículos posteriores vamos a
seguir hablando de funcionalismo, de la obra de Robert Merton y del
neofuncionalismo que estuvo muy de moda en los años ochenta del pasado siglo.
Sociólogo
Notas:
- George Ritzer nació en 1940 en la ciudad de Nueva York, se graduó en sociología en la Escuela Superior de Ciencia del Bronx en 1958. En la actualidad es profesor de sociología de la Universidad de Maryland. Sus principales áreas de interés son la Teoría Sociológica y la Sociología del Consumo. Fue director de las secciones de Teoría Sociológica (1989-1990) y de Organizaciones y ocupaciones (1980-1981) de la Asociación Americana de Sociología.
- nacido Meyer Robert Schkolnick (Filadelfia, 4 de julio de 1910 - Nueva York, 23 de febrero de 2003) fue un sociólogo estadounidense. Es padre del Premio Nobel de Economía Robert C. Merton. Padre de la teoría de las funciones manifiestas y latentes, y autor de obras como El análisis estructural en la Sociología (1975), Merton es uno de los clásicos de la escuela estadounidense de esta disciplina. También fue importante su labor en el campo de la sociología de la Ciencia.
- Talcott Parsons (13 de diciembre de 1902 – 8 de mayo de 1979) fue un sociólogo estadounidense. Cursó estudios en el Amherst College, el London School of Economics y la Universidad de Heidelberg (Alemania). Dio clases de sociología en la Universidad Harvard de 1927 hasta 1974 como director del Departamento de Sociología de dicha universidad (1944). Más tarde fue nombrado presidente del nuevo Departamento de Relaciones Sociales 1946 y posteriormente presidente de la American Sociological Association en 1949. Es uno de los mayores exponentes del funcionalismo estructural en Sociología. Dicha teoría social sostiene que las sociedades tienden hacia la autorregulación, así como a la interconexión de sus diversos elementos (valores, metas, funciones, etc.). La autosuficiencia de una sociedad está determinada por necesidades básicas, entre las que se incluían la preservación del orden social, el abastecimiento de bienes y servicios, la educación como socialización y la protección de la infancia.
- En sociología denominamos interacción social al proceso según el cual una persona actúa y reacciona en relación a otras personas. La interacción social nos permite crear y recrear la realidad que percibimos. En nuestra vida cotidiana estamos continuamente interactuando con otras personas, pero no de cualquier modo, sino, como veremos ahora, según pautas sociales determinadas. Esa interacción entre dos personas puede realizarse por múltiples medios como el lenguaje hablado, la vestimenta y la apariencia en general, los modales o el lenguaje corporal y gestual. Y múltiples contextos sociales como en casa, en el trabajo, por la calle, en una situación cara a cara o en una conversación por teléfono o en un chat de WhatsApp.
- Socialización es el proceso, según el cual, los individuos aprenden e interiorizan los valores y normas de la cultura en la que les ha tocado vivir, convirtiéndose en personas socialmente competentes. La socialización es proceso continuo que sólo termina con la muerte del individuo, ya que – a lo largo de sus vidas – las personas van desempeñando nuevos roles sociales.
Bibliografía:
George Ritzer
Teoría Sociológica Moderna
Mac Graw-Hill
Madrid 2001
Roberto Garvía
Conceptos fundamentales de Sociología
Ciencias Sociales
Alianza Editorial
Encyclopedia of
Sociology
Coordinada por George
Ritzer
Blackwell
Londres 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario